La fotografía del tejido empresarial español de hace tan sólo un año poco o nada tiene que ver con la imagen esteparia que vislumbramos a día de hoy. Aunque a finales de 2019 ya se percibía una cierta ralentización en una economía en la que todavía coleaban los efectos de la pasada crisis económica, nadie podía imaginar que 2020 cerraría con la mayor caída del emprendimiento y de la inversión inicial desde hace más de una década.
El último Radar de Concursos de Acreedores y Creación de Empresas de axesor, que recoge los datos a cierre de 2020, constata que una de las secuelas más graves de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha sido el frenazo al espíritu emprendedor. Sólo se crearon 76.189 empresas, un 18,73% menos interanual y el menor número desde 2008. Cifra que, además, queda muy lejos de la media de los últimos 12 años, que roza las 98.900 constituciones y que se agrava con la caída de la inversión inicial acumulada. El pasado ejercicio el capital inicial destinado por los emprendedores a sus proyectos fue de 4.913 millones de euros, segundo registro más bajo desde 2008, cuando el acumulado fue de 4.732 millones de euros.