
Las empresas inmersas en concursos de acreedores durante 2015 presentaron un tamaño inferior al de ejercicios anteriores, con un pasivo medio de tres millones de euros, frente a los seis millones de 2014 y una plantilla de seis trabajadores (ocho en 2014). Esta es la radiografía que sobre la situación concursal hace el Colegio de Registradores sobre un fenómeno que no ha dejado de crecer exponencialmente durante la crisis.
Sin embargo, no toda la tragedia económica que conlleva este tipo de procedimientos está superada, puesto que aún el sector de la construcción continúa representando un tercio del total de concursadas y, además, dos tercios de estas sociedades no generaban recursos positivos, por lo que carecían de capacidad alguna para alcanzar un convenio.