Los impagos son uno de los problemas que más preocupa a las empresas, especialmente desde la crisis económica que arrancó en 2008. Si su empresa no los ha sufrido, quizá sí que conozca a alguna compañía de su mismo sector que se ha visto perjudicada. En muchos casos, incluso, seguramente no haya habido otra opción que el cierre del negocio.
En el año 2013 hubo mínimos de este tipo de morosidad en España, pero desde entonces ha ido subiendo, especialmente el año pasado, a pesar de la recuperación económica. Son datos preocupantes teniendo en cuenta que está vigente la Ley de Morosidad, que establece que los pagos deben hacerse en los 60 días posteriores a recibir el producto, mercancía o a la prestación del servicio. La Ley también marca un periodo de 30 días en lo que se refiere a la administración pública.