Después de cinco años de crisis, la economía española acumula un continuo retroceso en la concesión de crédito financiero. Como resultado, la mediana empresa española ha reducido su endeudamiento promedio un 15% desde 2006, siendo esta caída especialmente significativa en 2009. Por ello las empresas se han visto obligadas a financiarse de sus propios fondos, pero esta solución es limitada y de prolongarse, podría ser un obstáculo para el crecimiento.