Los trabajadores por cuenta propia en España, más de 3,3 millones al finalizar 2021, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), se encuentran en un periodo decisivo. El Gobierno tiene intención de modificar por completo su sistema de cotización a la Seguridad Social y las negociaciones con sus organizaciones representativas tienen lugar desde hace semanas. Unos, están a favor, y otros, menos. Lógico, si se tiene en cuenta que la transformación es radical.
Los trabajadores autónomos cotizan a la Seguridad Social a través del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), que se creó en 1970. En sus más de cinco décadas de existencia este régimen ha experimentado, como no podía ser de otra manera, numerosas modificaciones.
Una de las más importantes se produjo en 2017, con la aprobación de la Ley de Reforma Urgente del Trabajo Autónomo, por la que se introdujeron importantes medidas para apoyar el ejercicio del trabajo por cuenta propia, entre ellas, la tarifa plana en la cotización al inicio de la actividad.
Un autónomo, a día de hoy, tiene libertad para elegir la base de cotización por la que se calcula la cuota que abona a la Seguridad Social. Solo existe una base mínima -fijada este año en 944,35 euros- y una base máxima -establecida en 4.070,10 euros-. La base determina la cuota, que en el caso de la mínima asciende actualmente a 294 euros. A partir de ahí, el trabajador por cuenta propia puede escoger su base de cotización y, por tanto, su cuota, hasta llegar a la máxima. Desde 2017, puede cambiarla hasta cuatro veces al año (antes eran dos) si tiene menos de 47 años.
Propuestas del Gobierno
El pasado 13 de enero, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones presentó la primera de sus propuestas a las organizaciones representativas de los trabajadores autónomos para modificar totalmente el mencionado sistema de cotización al RETA. El cambio fundamental es que la cotización se realice en base a ingresos reales, una idea que ronda desde hace años y que es una recomendación del Pacto de Toledo.
Cotizar por ingresos reales consiste en que el autónomo ya no elige entre una horquilla de bases de cotización, con una mínima y una máxima, sino que la cuota se fija en función del rendimiento de la actividad.
El proceso tiene dos fases. La primera está prevista que entre en vigor en 2023 y que dure un total de nueve años, con la intención de que el trabajador autónomo se vaya acostumbrando a cotizar por sus ingresos reales. La propuesta inicial del Ministerio consistía en trece tramos, que iban desde una cuota mínima de 184 euros mensuales para ingresos inferiores a 600 euros, hasta la máxima de 1.267 euros al mes para rendimientos de 4.050 euros o superiores. El trabajador podía cambiar la base hasta en seis ocasiones en un mismo año, según la evolución de su negocio. Se mantenía la tarifa plana al comienzo de la actividad por cuenta propia.
Días más tarde, a los representantes de los autónomos les llegó una nueva propuesta gubernamental. En esta segunda, se reducían los tramos de cotización de trece a once. Lo más llamativo es que en el último tramo, el máximo, se fijaba una cuota de 1.000 euros, lo que provocó el rechazo de las asociaciones por considerar que había una discriminación evidente hacia los trabajadores por cuenta propia con menos ingresos.
Y, por fin, llegó una tercera propuesta el último día del mes de febrero. En esta ocasión, se recupera un tramo de cotización, en la parte máxima, con lo que quedan fijados en doce. La cuota más baja será de 204 euros mensuales para rendimientos netos de 700 euros y la más alta, de 1.123 euros, a partir de una facturación de 3.620 euros.
Defensores
Los que defienden las sucesivas propuestas -Gobierno y las asociaciones de autónomos UPTA y UATAE, aunque éstos con algunos matices- creen que son más progresivas que el sistema actual de cotización. Eduardo Abad, presidente de la Unión Profesional de Trabajadores Autónomos (UPTA), ha manifestado que "se reducen bastante las cuotas de más de 1,3 millones de autónomos". Otra de las ventajas que resaltan es que, aunque este primer sistema durará nueve años, se realizará un análisis del mismo cada tres años para comprobar qué falla y qué funciona.
Detractores
A la Federación de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), perteneciente a CEOE, las propuestas del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social le parece que no son apropiadas ni en origen, dada la dificultad actual para determinar los rendimientos reales de cada autónomo y la volatilidad de sus ingresos.
Además, declaran en esta asociación que la deducción fiscal de los gastos de la actividad puede dar lugar a desigualdades, ya que, con una facturación similar, dos autónomos pueden situarse en distinto tramo y pagar cuotas diferentes en función de si pueden o no deducirse los mismos.
Marta Yoldi. Periodista especializada en economía que ha ejercido su actividad profesional en diarios económicos (Expansión, La Gaceta de Los Negocios, El Economista y Cinco Días), así como en el semanario El Economista, en las secciones de Economía de los diarios El Independiente y Diario 16 y en el diario digital Autónomos y Emprendedores. Asimismo, ha trabajado en los gabinetes de comunicación del Ministerio de Hacienda y como asesora en el Senado. Actualmente es colaboradora en el Grupo Prisa.