La banca española puede presumir de músculo. Las principales entidades financieras, las que están listadas en el Ibex 35, lograron cerrar el primer trimestre del año con un beneficio de 4.730 millones de euros, un 16% más que hace un año. Y, si bien la subida de márgenes aún representa un verdadero desafío, porque la subida de tipos ni está, ni se la espera a corto plazo, en lo que se refiere a morosidad las noticias son excelentes. De acuerdo con el Boletín Trimestral de Morosidad PULSE, que acabamos de publicar, la morosidad bancaria continuará cayendo en los próximos meses a un ritmo de aproximadamente el 15%, para concluir el primer semestre del año en torno a los 88.270 millones de euros, el nivel más bajo desde comienzos del año 2010. En definitiva, el sector financiero ha alcanzado un buen estado de forma que le viene muy bien para encarar un futuro incierto, caracterizado por hitos como la normalización global de la política monetaria, la unión bancaria europea, la entrada en vigor del nuevo marco de exigencias regulatorias de Basilea III, la transformación digital de la economía mundial y, a nivel doméstico, el ruido de fondo que empieza a generarse en el sector de la vivienda.