Los concursos de acreedores rompieron en abril la tendencia con la que venían evolucionando desde comienzos de año. De acuerdo con los datos publicados por nuestro Gabinete de Estudios Económicos en su Radar Empresarial, los concursos de acreedores experimentaron en abril un crecimiento del 16,4% en tasa interanual (se registraron 370 incidencias). El incremento fue generalizado y la mayoría de los sectores cerraron el mes al alza. Sin embargo, el balance de los cuatro primeros meses todavía es de caída, un 5,6% menos, hasta el nivel más bajo en 10 años (1.403 procesos formales de insolvencia iniciados entre enero y abril). Y si los concursos retroceden en el cómputo anual, se debe principalmente a que el ladrillo vuelve a brillar: tanto el sector de la construcción, como el de actividades inmobiliarias han concluido el primer cuatrimestre con menos concursos de acreedores desde el año 2008. Así, entre enero y abril se declararon solo 69 concursos en el sector de actividades inmobiliarias y 262 en el de la construcción.
El ladrillo está resurgiendo. El número de operaciones de compraventa de viviendas crece de manera exponencial. De hecho, nuestra previsión es que el promedio de operaciones sea este año superior a las 40.000 unidades mensuales, la cifra más elevada desde el año 2009. Los precios de las casas y el alquiler van claramente hacia arriba, de forma especialmente manifiesta en los grandes núcleos urbanos y en los principales centros turísticos. La mejora de la actividad económica y el intenso saneamiento acometido por el sector bancario (la morosidad está en los niveles más bajos de los últimos ocho años) han permitido que las entidades financieras vuelvan a abrir el grifo a la hora de conceder préstamos hipotecarios.
Nuestra estimación es que el promedio del número de hipotecas se sitúe en la primera mitad del año en el entorno de las 26.000 operaciones. Es más de un 70% por encima del promedio que se registraba en el año 2014, cuando la firma de préstamos con garantía hipotecaria tocó suelo. Pero estos volúmenes están todavía muy alejados de los rangos que se llegaron a alcanzar en 2007, cuando la media superó la cifra de 100.000 hipotecas mensuales, lo que ilustra que el mercado inmobiliario todavía no se está moviendo en el temido escenario de una nueva burbuja.
Y es que el sector se ha profesionalizado a lo largo de estos años. En esta especialización ha sido determinante el desembarco de las llamadas Socimis, empresas patrimonialistas enfocadas fundamentalmente en la tenencia de activos para su arrendamiento. Estas sociedades juegan un papel dinamizador del mercado inmobiliario español, adquiriendo activos que en muchos casos pesaban en los balances de entidades financieras y de empresas que no tenían la capacidad precisa para acometer las inversiones que dichos activos necesitan para su reposicionamiento en el mercado. De este modo, las Socimis están siendo particularmente efectivas a la hora de reenfocar activos inmobiliarios (no solo de vivienda, sino también de los sectores logístico, hotelero u oficinas) que fueron afectados por la crisis y que, ante las nuevas demandas del mercado, precisan ser dinamizados para crear valor, por ejemplo vía procesos de cambio del uso al que están destinados dichos activos.
No es casualidad, por tanto, que el PIB del sector de actividades inmobiliarias esté, de acuerdo con los datos del INE, en los niveles más altos de los últimos 20 años. De igual modo, tampoco es circunstancial que, según nuestro Radar Empresarial, el número de nuevas empresas inmobiliarias creadas registrara en los cuatro primeros meses del año un crecimiento en tasa interanual del 11%, con 3.457 sociedades, mientras que en el caso de las empresas de actividades de construcción, la expansión es del 7,6%, con 5.172 nuevas altas. En el caso de la creación de empresas, al igual que sucede con los concursos de acreedores, la pujanza de estos sectores también está sirviendo para contrarrestar cierto declive en el sector del comercio, que en los cuatro primeros meses acumuló un descenso del 8,4% en el número de empresas constituidas (7.318), saldándose el periodo enero-abril con 36.137 nuevas sociedades (+0,8%). Y es que el ladrillo reluce de nuevo con un brillo que gana intensidad mes a mes.