En un momento de auge económico, las ampliaciones de capital efectuadas por el sector de la construcción han caído más de un 30% en los primeros tres meses del año, según los datos que acaba de publicar nuestro Gabinete de Estudios Económicos en su Radar Empresarial. Entre enero y marzo, el sector de la construcción realizó operaciones por valor de 989,3 millones de euros, un importe que supone un ajuste de 435 millones de euros netos respecto al primer trimestre del año pasado y que sitúa las ampliaciones del sector en el nivel más bajo de los últimos 10 años. A continuación, vamos a hacer un análisis del desplome de la construcción, para analizar qué está ocurriendo para que las ampliaciones hayan caído tanto.
El ajuste se explica en gran parte por la promoción inmobiliaria. Pero no solo por esta actividad, otras también están pasando por un momento de fuerte recorte en ampliaciones de capital.
De hecho, los descensos se dan en los tres grandes subsectores en los que se divide la construcción (construcción de edificios, ingeniería civil y actividades de construcción especializada). El mayor descalabro tiene lugar en el caso de las actividades de construcción especializada, con un retroceso de nada menos que el 86,1% entre el primer trimestre de 2018, respecto al mismo periodo del año pasado. En términos netos, el retroceso es de 190,9 millones de euros. Dentro de este subsector sobresale el caso de demolición y preparación de terrenos, con un ajuste de prácticamente el 100%, al pasar de un saldo de 97,1 millones de euros en el acumulado entre enero y marzo de 2017 a solo 71.000 euros en el mismo periodo de este año. Pero las caídas también se dan en las ampliaciones acometidas en instalaciones de fontanería que sufren una reducción del 63,9%; las de carpintería que descienden un 60,2%; las de instalaciones eléctricas, un 35,9%, y pintura y acristalamiento, un 34,1%, por citar solo algunos ejemplos.
No extraña, por tanto, que el parón de las ampliaciones se haya extendido también al segmento de la construcción de edificios, con una caída en términos porcentuales del 18,5% interanual, que se traduce en un descenso neto de 196,5 millones de euros menos que el año pasado. En este caso el ajuste se concentra en la actividad de promoción inmobiliaria, con una caída del 30,5%, debido a que las ampliaciones han pasado de 984,2 millones de euros entre enero y marzo de 2017 a 683,7 millones de euros ahora, es decir, 300,5 millones de euros menos. La caída en promociones inmobiliarias se ve parcialmente compensada en otras partidas, pero no en una cuantía suficiente.
Es cierto que la compraventa de viviendas está experimentado un claro auge y esperamos que continúe así a lo largo de todo el año, superando nítidamente el promedio de más de 40.000 operaciones al mes. Pero este repunte del mercado de la vivienda tiene un marcado componente inversor. Es decir, más que impulsar una expansión generalizada del parque de viviendas y, por tanto, de nuevas promociones, en lo que se está centrando el apogeo inmobiliario es en apostar por las zonas prime, ya consolidadas, con mayor potencial de revalorización. Esto es especialmente manifiesto en las grandes ciudades, donde escasea el suelo disponible.
Para completar el análisis, la ingeniería civil retrocede un 34,5%, un ajuste en términos netos de 47,9 millones de euros. Destacan los ajustes en las actividades de construcción de carreteras, vías férreas, puentes y túneles, donde las ampliaciones han desaparecido, pasando de 90 millones en el primer trimestre de 2017 a cero. La inversión en infraestructuras experimentó un enorme recorte a consecuencia de la crisis. Así, la obligación de controlar el déficit presupuestario llevó al Gobierno a reducir drásticamente las licitaciones de obra pública. Ahora, esta actividad empieza a recuperarse. No en vano, los Presupuestos Generales del Estado para 2018, que actualmente están sometidos a negociación entre las formaciones políticas, contemplan un incremento del 12,8% en la inversión en infraestructuras, hasta los 8.487 millones de euros. Esta cifra, no obstante, sigue siendo la mitad que hace una década.
Y es que, aunque el PIB de la construcción ha llegado a los niveles más altos desde 2012, con un incremento de casi el 12,5% entre 2013 y 2017, todavía no está al mismo nivel al que se encontraba hace 18 años. Entonces suponía el 10% del PIB nacional, mientras que hoy su representatividad en el PIB total es del orden del 5,2%. Queda, por tanto, mucho camino por recorrer para la verdadera recuperación del sector.