Un viejo chiste de economistas sostiene que la economía es la única profesión en la que dos personas pueden lograr el mismo premio Nobel por decir justamente lo contrario. Otro, igual de cáustico, asegura que lo mejor de ser premio Nobel de economía es que ya puedes hablar de todo con la autoridad que concede el galardón.
Los dos chistes, sin embargo, son verdad, como el hecho de que puede ser cierto que una economía crezca de forma sostenida durante un trienio un 2,5% -es el caso de España- y, al mismo tiempo, tener significativas vulnerabilidades.