El número de empresas que han entrado en concursos de acreedores desde el año 2008 rebasó en el pasado mes de febrero la frontera de las 50.000 sociedades y se situó en 50.135, según los datos de nuestro Gabinete de Estudios Económicos. El promedio es de prácticamente 22 muertes empresariales por cada día hábil. Es cierto que no todas las empresas que entran en concurso terminan cerrando irremediablemente, pero el porcentaje de las que logran sellar un convenio con los acreedores se mantiene de manera pertinaz por debajo del 5% y, en todo caso, esos acuerdos nunca son una garantía para la viabilidad a medio y largo plazo de las empresas.
En lo que va de año, el promedio de víctimas empresariales ha mejorado respecto a la crisis y se sitúa en 19,1 al día, unos ratios completamente alejados de las 35,58 sociedades diarias que la estadística concursal llegó a reflejar en el año 2013, con el momento más crítico en el mes de febrero, donde las 1.029 incidencias registradas arrojaron un promedio de 51,45 nuevos concursos por cada día hábil.
Si estos datos se comparan con la creación de empresas, el saldo puede resultar enormemente llamativo, ya que solo en 2017 se han dado de alta 17.132 empresas, es decir, unas 417,8 al día. Desde el año 2008 hasta la fecha se han creado la friolera de 844.000 sociedades mercantiles en España, más de 370 al día. La brutal disparidad entre empresas creadas y empresas en concurso puede dar lugar a una errónea lectura demasiado optimista sobre la situación. No, el tejido empresarial español no está creciendo a marchas forzadas. El seguimiento sobre las empresas que cesan su actividad en ocasiones resulta difícil puesto que no tramitan de forma oficial el cierre de la sociedad.
De hecho, la circunstancia de que los concursos sean poco más que la antesala del cierre definitivo ha llevado a que en España haya habido menos concursos en relación al tejido empresarial que en el resto de las grandes economías europeas. Y si no ha sido una cuestión de buena salud económica, sino de diseño de la fórmula concursal: un último recurso a la desesperada y generalmente cuando ya es demasiado tarde para revertir la situación.
Así ha pasado en el sector de la construcción, que es, de lejos, el que más ha sufrido el proceso de ajuste desatado con el inicio de la crisis económica. Desde el año 2008 hasta la fecha, 15.058 sociedades constructoras han entrado en concurso, lo que arroja un promedio diario de 6,4 empresas del sector entrando en insolvencia judicial. La situación, en todo caso, es mucho mejor ahora de lo que fue en los años duros de 2009 a 2014; en 2013, el saldo se situaba en 10,6 quiebras al día. El promedio de los dos primeros meses de 2017 es de 3,5. El número de procesos formales de insolvencia iniciados por las constructoras este año (142) es todavía más del doble de los que se registraron en 2008 por esas mismas fechas (64), pero es que entonces la situación empeoró con rapidez en el tramo final del año, más de la mitad de los concursos que se declararon en la construcción en 2008 (912 casos) se concentraron entre octubre y diciembre (466). La tendencia hoy es justo la opuesta a la que tenía lugar entonces, los concursos de la construcción acumulan un retroceso interanual del 6,57% respecto a enero-febrero de 2016. El 18,1% de los concursos registrados en estos dos primeros meses del año (783) ha recaído en el sector de la construcción.
El segundo sector más castigado por las inclemencias de la coyuntura económica ha sido el del comercio, donde la crisis se ha llevado por delante a 9.347 sociedades, solo teniendo en cuenta las que deciden entrar en concurso. El promedio es de 4,1 bajas y el momento actual está ligeramente por debajo de ese nivel: 3,78, claramente por encima de los 3,51 concursos diarios de 2016. Sin embargo, hay que esperar a ver cómo evoluciona el año, ya que la tendencia general de los concursos ha vuelto a ir a la baja, tras los aumentos registrados en enero. Una vez más, el momento actual es notablemente más suave que el ejercicio 2013, cuando el promedio se situó en 6,56 insolvencias judiciales cada día que pasaba.
Otra actividad castigada en una línea similar a la del comercio mayorista y minorista es la de la industria manufacturera. En sus peores tiempos, caían más de seis empresas al día; ahora el porcentaje es menos de la mitad, 2,5 sociedades diarias. En total, la factura de la crisis para la industria manufacturera es de 9.139 empresas en concurso. Es decir, construcción, comercio e industria se reparten el grueso de la estadística durante la crisis: suman 33.544 empresas, el 66,9% de todas las sociedades que han entrado en concurso desde el año 2008.
En contraste, hay bastantes sectores, donde la incidencia concursal ha sido relativamente baja, ya que se mantenido siempre a menos de una empresa por día. Es el caso de las actividades recreativas (0,26), agricultura (0,23), las actividades sanitarias (0,20), actividades financieras (0,19), educación (0,15), suministro de energía (0,12), industria extractiva (0,10), y suministro de agua y saneamiento (0,08), la que tiene el promedio más bajo.
En definitiva, el epicentro de los concursos de acreedores está en España en construcción, comercio e industria manufacturera y lo cierto es que los tres han dejado bastante atrás sus peores momentos.