Dice el Diccionario de Uso del Español de María Moliner –referencia bibliográfica para todo hispanohablante que busque la corrección idiomática- que “dar la campanada” es una “acción inesperada de alguien, que provoca escándalo o sorpresa, o muchos comentarios, en el medio social en que vive, por ser impropia de su categoría, posición o respetabilidad”. Resumiendo, podríamos decir que “dar la campanada” es llamar la atención por algo.
En el panorama empresarial español, una comunidad autónoma dio claramente la campanada en septiembre, y de manera muy sonora, al crecer allí exponencialmente el flujo de dinero destinado a ampliaciones de capital: nada más y nada menos que 5.869,48% en comparación con el mismo mes del año anterior, según los datos procesados por el Gabinete de Estudios Económicos de axesor y publicados en un reciente radar empresarial. La comunidad en cuestión fue Cantabria, donde se movieron 194,82 millones de euros. Ese montante destinado a incrementar el capital social del tejido empresarial cántabro no solo situó a la comunidad del norte de España justo por detrás de Madrid, sino que la colocó por delante de Cataluña. La tónica general es que la comunidad madrileña y la catalana encabecen el ránking mensual por cifras movilizadas en ampliaciones de capital, alternándose muchas veces entre ellas en primera y segunda posición, debido a la extensión que alcanza el tejido empresarial en cada una de ellas. Pero en septiembre, irrumpió Cantabria, alterando el panorama habitual.