La crisis ha quedado atrás. O mejor: ¿la crisis ha quedado atrás? Las fuerzas del mal siguen ahí, pero han sido aplacadas después de años de sufrimiento. La economía española no es como Supermán, venido de otro planeta y con fuerza sobrehumana que recarga con el Sol. Pero sí tiene superpoderes y aunque ni mucho menos la situación es ideal, sí ha mejorado. La economía crece de forma sostenida desde 2014, un punto de inflexión después de tres años consecutivos de caída. El paro continúa siendo estratosférico con más de un 15%, pero está a años luz del 27% que rozó a inicios de 2013. El común de los mortales se queja de que los sueldos no han vuelto a los niveles de hace 10 años, aunque hay factores que permiten mirar al futuro con optimismo.
En los peores momentos, allá por 2012, el rescate total del país, a semejanza de lo ocurrido con Grecia, Irlanda, Chipre y Portugal, era casi un hecho. Los ahorradores incluso llegaron a abrirse cuentas en otras monedas para evitar la desintegración de sus ahorros ante un eventual y abrupto final del euro. Esto ha cambiado para bien.