Si te deben dinero, puedes echarte a temblar. El impacto que tiene la morosidad en las pymes españolas sitúa este problema como una de las mayores amenazas a las que se enfrentan estas empresas. De acuerdo a un reciente estudio, hasta 25.000 compañías abandonaron su actividad por el retraso en el pago de facturas de sus clientes. La preocupación ante esta situación sería menor si fuera un fenómeno aislado, pero no lo es: en los últimos 10 años, se estima que fueron 500.000 los negocios que echaron el cierre por este motivo.
En 2015, se estimaba que el 25% ponía fin a su trabajo porque le debían dinero y el 55% reconocía haber tenido problemas en el último año. De acuerdo a datos de axesor al menos una de cada cinco empresas cerradas durante la crisis era perfectamente viable y se vio obligada a cerrar por un problema de liquidez.