Hay dos mundos empresariales en nuestro país: el de las grandes corporaciones de enormes capitales, y el de las pequeñas empresas más castigadas en los momentos de recesión de la economía y con mayores problemas de financiación.
Con la reciente crisis financiera, la brecha entre las pymes y grandes empresas se ha evidenciado mucho más en lo que al capital suscrito respecta. Las grandes compañías se constituyen con una media de capital de 34 millones de euros, mientras que las pymes solo necesitan 3.000 euros para ser constituidas.