Volvamos por un momento la mirada a principios de 2017.
El temido Donald Trump estaba a punto de tomar posesión de la presidencia de EEUU; el Reino Unido se encontraba en pleno proceso para activar el Brexit; se avecinaba un calendario electoral intenso en Europa con la amenaza de los populismos… Y sobre todo en uno de los países fundadores de la Unión, Francia.
Además, los mercados presentaban unas valoraciones muy elevadas. Especialmente en la renta fija, donde muchos bonos de gobiernos se movían todavía en tipos cero, pero también muy en la renta variable, sobre todo tras ocho años consecutivos de subidas en la americana, que suele marcar el ritmo del resto.