La economía española no para de superar las expectativas. En nuestro nuevo Boletín Trimestral de Coyuntura Económica FOCUS hemos revisado al alza nuestras perspectivas de crecimiento, que ahora situamos en el 3,1%, prácticamente igual que el año pasado. Además, esperamos que este ritmo expansivo continúe con fuerza. ¿Con qué ingredientes se está cocinando la receta del éxito de España? Entre los principales destacan el gran dinamismo del empleo, la súbita reacción de la inversión tras el parón del segundo semestre de 2016 y unas exportaciones que, aderezadas con unos grandes avances en materia de competitividad, están exhibiendo un comportamiento espectacular: el sector exterior aportó siete décimas a la variación interanual del PIB en el primer trimestre de 2017 y España es junto a Alemania uno de los pocos países de la OCDE que ha logrado aumentar cuota de mercado en el comercio mundial.
Eso, sí, no se puede olvidar que la receta del éxito español le debe mucho a la aportación del gran chef Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo (BCE). La política de tipos a cero y el plan de compra de activos ha neutralizado la presión del mercado sobre la deuda española, pública y privada, abaratando el coste de financiación, ha propiciado una necesaria estabilidad financiera y el impacto de su política en la depreciación del euro ha dado un impulso adicional a las exportaciones españolas.
Sin embargo, en los fogones de la sede del BCE en Fráncfort ya se está cocinando el plan de retirada de estímulos. Todo apunta a que en el menú de la temporada 2018 el plan de compra de activos en el que la autoridad monetaria invierte actualmente 60.000 millones al mes pasará, en el mejor de los casos, de plato principal a entrante, para terminar desapareciendo de la carta. Tarde o temprano los mercados empezarán a afilar sus cuchillos para descontar este nuevo escenario de la política monetaria.
El Banco Central ya advirtió en su día que pondría toda la carne en el asador para evitar un nuevo episodio de pánico y así ha sido hasta el punto de que el BCE ya posee más de 250.000 millones de euros en deuda pública española, según los datos divulgados por la propia entidad. De hecho el balance de la autoridad monetaria ha pasado de algo más de dos billones de euros en 2008 a 4,24 billones en junio. Crecen las voces que sugieren que el BCE debería empezar a pensar en ponerse a dieta. La deuda pública española ha aumentado 64 puntos porcentuales en 10 años y la mitad de ese incremento ha acabado en manos de no residentes.
La dependencia de la financiación externa es, en suma, como uno de esos condimentos que hacen posible la receta del éxito, pero que si se abusa de él pueden echar a perder el plato. En el caso de España es objeto de preocupación y constituye uno de los elementos de mayor vulnerabilidad ante las tensiones en los mercados. La retirada de los estímulos del BCE impactará de forma casi inmediata en la financiación de empresas y hogares para trasladarse después al sector público. Para cuando llegue la normalización monetaria sería deseable que el rating soberano haya recuperado el terreno perdido a lo largo de la crisis para evitar un repunte de los costes de financiación. Ante este escenario adquiere aún más relevancia que España cumpla con sus objetivos de déficit, que situamos en el 3,3% para este año y el 2,9% en 2018.
En definitiva, el momento dulce de España, deja buen sabor de boca. Pero uno de los mayores riesgos sería olvidar los importantes retos a largo plazo. Así, la receta del éxito exige controlar la elevada deuda externa, arbitrar medidas para elevar el crecimiento potencial, promover el capital humano o mitigar la persistencia de la desigualdad social.
Os invitamos a leer el análisis completo descargando el FOCUS Boletín Trimestral de Coyuntura Económica en el siguiente enlace.
DESCÁRGATELO AHORA