Las ampliaciones de capital una tarta que acumula desde 2008 hasta mayo de 2017, más de 473.000 millones de euros. Aunque en el mes de mayo no se ha incrementado el pastel porque las ampliaciones de capital retrocedieron un 9,6%, aun así el saldo de los cinco primeros meses del año es positivo y asciende a 15.184 millones de euros, lo que supone un incremento del 3,5% respecto al mismo periodo del año anterior, según nuestro Radar Empresarial. Esto supone seguir engordando la tarta. Pero en esta ocasión no hay un reparto equitativo del dinero captado por las sociedades españolas. ¿Qué sector consigue llevarse el trozo más grande captando un mayor volumen de dinero? A continuación analizamos la situación.
La mayor porción es sin la menor duda, para la banca. En todos los ejercicios transcurridos desde el año 2008 hasta la fecha, el sector de actividades financieras y de seguros ha sido siempre el que más dinero ha movilizado. Durante los años 2011 a 2013, en plena tormenta bancaria y la posterior ejecución del rescate del sector aprobado por la UE, las diferencias llegaron a ser abrumadoras. El récord se alcanzó en 2013, cuando se llegaron a superar los 50.000 millones de euros. En este sector también se encuentran los holdings empresariales que periódicamente protagonizan voluminosas operaciones. En suma, los importes acumulados desde 2008 hasta el pasado mes de mayo ascienden a 190.347 millones de euros. Es decir, casi cuatro de cada diez euros movilizados durante estos 9 años de crisis han terminado desembocando en el sector financiero. El 40,2% de la tarta.
Las dos siguientes porciones son muy similares, algo de esperar entre dos sectores muy afines como son la construcción e inmobiliario. La construcción da una lectura perfecta de la evolución de la crisis, porque sus mayores importes tuvieron lugar en 2011, con 9.746 millones de euros. Posteriormente, los problemas de la construcción se fueron trasladando a la banca y cuyo proceso de ajuste acaba de escribir recientemente un nuevo gran capítulo, con la promesa de que la historia continuará. La construcción, en cambio, no tuvo demasiado margen para retrasar en el tiempo el reconocimiento de sus pérdidas y el proceso de ajuste. En el año 2016, las ampliaciones de capital acometidas por el sector marcaron mínimos para situarse en 4.903,07 millones de euros (el promedio anual es de 6.621 millones). La suma total desde 2008 hasta hoy es de 61.535, millones, eso es lo que han desembolsado los accionistas a lo largo de estos años. Es el 13,0% del pastel.
El sector de las actividades inmobiliarias, ha suscrito importes por 65.927 millones de euros durante estos años (un porción de 13,9% del total). Los ejercicios más intensos fueron 2011, con 8.650 millones y 2012, con 7.536 millones. Tras unos años grises, la compraventa de viviendas está viviendo un nuevo apogeo; las estadísticas oficiales hablan de un incremento en tasa interanual del 26,9% en el pasado mes de mayo. Pero esta efervescencia se concentra en el mercado de segunda mano, más accesible para los que a juicio de los expertos constituyen el grueso del comprador actual de vivienda: familias establecidas que ya tienen una vivienda en propiedad y buscan algo mejor para su residencia habitual. Las diferencias con la era de la previa a la crisis son notables y apuntan a que, de momento, será difícil vivir un revival de la burbuja del ladrillo.
Para lo que queda de tarta, la competición es dura. El sector de actividades profesionales científicas y técnicas, un sector muy amplio donde caben desde un estudio de arquitectura hasta una clínica veterinaria, pasando por un bufete de abogados, o una agencia de relaciones públicas, por ejemplo, se lleva un 6,7% (31.462,45 millones de euros). La industria manufacturera se queda con un 4,5% del total (21.114 millones de euros); las actividades comerciales, un 4,2% (19.881 millones de euros); las de transporte y almacenamiento, con 17.705 millones de euros, un 3,7%, y suministro de energía, un 3,1% (14.845 millones de euros). El 10,7% restante de la tarta (unos 50.000 millones de euros) queda a repartir entre nada menos que 12 sectores.
El hecho es, en definitiva, que el sector financiero, la construcción y el ladrillo se llevan más de dos tercios del pastel de las ampliaciones de capital, dejando muy poco para los demás; todo un indicio de cuál es el modelo económico que todavía impera en España. La economía española ha vuelto a los niveles de PIB de 2008, aún así hay dos millones de parados más y el endeudamiento público ronda el 100% del PIB. No es de extrañar que el nivel de inversión empresarial sea todavía contenido, a pesar de las mejoras recientes, y que el ahorro precautorio predomine aún en el sector empresarial. En conclusión, aunque las previsiones apuntan a que la economía mantendrá un ritmo fuerte de crecimiento, los peligros siguen presentes y se impone una gestión profesionalizada del riesgo corporativo.