Históricamente, la economía española nunca ha sido capaz de tener una balanza comercial con superávit (ver gráfico 1), esto es, nunca hemos sido capaces de que el importe de las exportaciones de España al resto del mundo supere el valor de la suma total de los productos que importamos.
Ello es debido a dos factores fundamentales:
1. La enorme dependencia española de importaciones de petróleo.
2. La reducida presencia de manufacturas españolas en los mercados exteriores.