Ante la prolongación de la crisis económica y los continuos rebrotes, pymes y autónomos, es decir, el grueso del tejido productivo español, incrementan su pesimismo sobre la situación. Más del 50% de las pymes cree que la supervivencia de su empresa está en riesgo y un 5% ha cerrado definitivamente o prevé hacerlo, según el último barómetro sobre la situación de la pyme elaborado por CEPYME. Más del 90% de ellas han reducido sus ingresos debido al COVID-19, y para el 40% han disminuido más de la mitad.
Dentro de las ramas de actividad, los datos del mes de septiembre confirman que el sector de la hostelería es el más dañado por esta crisis. El número de concursos de acreedores se disparó más de un 78% y acumula 254 procedimientos en lo que va de año. Además, el emprendimiento en las actividades hosteleras ha caído un 28,17%, tal y como se desprende del Radar Empresarial de Concursos de Acreedores y Creación de Empresas del mes de septiembre elaborado por axesor.
En medio de este panorama incierto que viven pymes y autónomos, los más de tres millones de trabajadores por cuenta propia inscritos al RETA, así como las empresas pequeñas y medianas tienen que hacer frente a un otoño cargado de obligaciones fiscales.