Ha estado cerrada a cal y canto y todavía parece inabordable. Pero poco a poco empieza a entrar luz y, si se mantiene la tendencia, habrá una oportunidad decisiva para superarla. Me refiero a la muralla de la financiación para las empresas españolas.
En apenas un año hemos pasado de un escenario tenebroso a un escenario que como mínimo resulta esperanzador. Se está abriendo una ventana de oportunidad que si hace un año nos la hubieran vaticinado, nos habría parecido una broma de mal gusto.
El cambio de perspectiva se refleja en la mejora de la calificación crediticia que la agencia de calificación Moody’s emitió el viernes pasado sobre el Reino de España. Una decisión que sorprendió por su rapidez, más que por la propia mejoría, y que aleja a España del riesgo de salir de tantas grandes carteras que supone estar cerca de ser considerado bonos 'basura'.