El mes de octubre se ha convertido en lo que en economía se conoce como un “cisne negro”, un evento completamente inesperado, que ha roto la trayectoria que ha venido dominando las ampliaciones de capital a lo largo de este año. Así, después de cuatro meses de caídas constantes, los volúmenes captados a través de ampliaciones de capital se duplicaron en octubre en términos interanuales y alcanzaron los 2.319,3 millones de euros. ¿Qué ha sucedido? A continuación, te contamos los detalles de cómo y por qué ha llegado este cisne negro en las ampliaciones de capital.
En cuanto al cisne negro de octubre, buena parte de su súbita irrupción tiene que ver con el auge del mercado inmobiliario. No en vano, la compraventa de viviendas está experimentando crecimientos de doble dígito. Así, hemos encontrado dos grandes operaciones realizadas por Socimis (Sociedades Cotizadas Anónimas de Inversión en el Mercado Inmobiliario), grandes responsables de profesionalizar en España el mercado inmobiliario, que suman 180 millones de euros y que han ayudado a que tanto el sector de la construcción (342,36 millones de euros registrados, un alza del 105,4%), como el inmobiliario (367,1 millones de euros, una subida del 52,1%) brillaran con luz propia el mes pasado.
El ladrillo se ha convertido, en definitiva, en unas potentes alas para el cisne negro de octubre. Y no es para menos. La suma de los sectores de construcción y actividades inmobiliarias representan de forma conjunta el 15% del PIB nacional y su volumen de PIB está en un progresivo crecimiento: ha llegado al nivel más alto desde 2011 en el caso de la construcción y desde 2013 en el inmobiliario, enganchándose así al ciclo expansivo de la economía española, después de haber constituido el epicentro de la crisis que estalló en 2008.
Y precisamente el tercer sector que jugó un papel de enorme relevancia en la crisis, el financiero, es el otro gran protagonista de las ampliaciones de capital, conformando el cuerpo principal de este cisne negro de otoño. Las actividades financieras y de seguros movilizaron 1.127,2 millones de euros el mes pasado, un 322,4% más que en el mismo mes del año pasado. En este caso se puede hablar también de otro cisne negro particular dentro del propio sector financiero, ya que más del 75% de todo este extraordinario volumen correspondió a una única operación realizada por una empresa especializada en la intermediación financiera.
Sin embargo, aunque hemos hablado de los componentes principales del cisne negro, hay otros sectores, muy relevantes para el modelo económico español, que también han jugado un gran papel en la materialización de esta rara avis de las ampliaciones que ha sido el mes de octubre. Es el caso, por ejemplo, de la industria manufacturera, esencial para el sector exportador, que el mes pasado llevó a cabo ampliaciones por un importe de 88,4 millones de euros, un 5,3% más que en el mismo mes del año pasado. La industria manufacturera ha sido clave en el resurgir de la actividad exportadora, que fue la gran impulsora en su momento de la recuperación económica española. Actualmente, la exportación no está pasando por un buen momento, el entorno global de un proteccionismo arancelario cada vez mayor está afectando muy negativamente a las ventas en el exterior. Por eso, que la industria manufacturera acelere su ritmo de ampliaciones de capital, siendo la exportación una de sus vías naturales de salida, es muy buena noticia y toda una señal de confianza en el futuro.
Otro sector que también alimenta la energía de este cisne negro es el de transporte y almacenamiento, tan importante tanto para el turismo, uno de los grandes motores de la economía española, como para el comercio on-line, cada vez más de moda. Así, transporte y almacenamiento movilizó en octubre pasado 28,5 millones, un crecimiento de nada menos que el 71,1%.
Pero eso sí, pese al ímpetu demostrado por el cisne negro de octubre, los volúmenes acumulados en lo que va de año en las ampliaciones de capital (21.434,2 millones de euros) reflejan una caída del 40% en términos interanuales y suponen un nuevo mínimo histórico para la estadística. Así que aún hacen falta unos cuantos cisnes negros más para desencadenar un verdadero cambio de rumbo en las ampliaciones de capital.