El sector de la construcción vuelve a levantar cabeza, al menos en lo que se refiere al descenso del número de concursos de acreedores declarados por sociedades mercantiles. En el pasado mes de octubre se registraron 76 nuevas quiebras en esta actividad, según los datos publicados en nuestro Radar Empresarial. La cifra supone una caída de nada menos que el 41,1% respecto a octubre del año pasado, es el nivel más bajo para ese mes de los últimos 10 años y permite al sector cumplir 12 meses consecutivos por debajo de los 100 concursos mensuales. Precisamente ha sido la construcción la gran responsable de que la estadística concursal cerrara el mes de octubre con menos registros desde el año 2009, con 439 incidencias, un 6,2% menos que el año pasado en las mismas fechas. En el balance de los 10 primeros meses del año, la construcción lleva 681 incidencias acumuladas, una caída interanual del 13,1%, que es la cifra más baja para esta actividad desde el año 2008, justo cuando todavía había reparos sobre la incidencia y la profundidad de la entonces incipiente crisis, dudas que el tiempo se encargaría de despejar con contundencia. Una década más tarde, queda probado que el ajuste acometido por la construcción ha sido, sin duda, enorme y ahora, ladrillo a ladrillo, el sector va recuperándose.
Uno de los indicadores más significativos de la reactivación del sector está en su aportación al PIB nacional. La construcción aportó al cierre del segundo trimestre de 2017 el 5,5% del PIB. Su actividad tuvo un valor a precios corrientes de mercado de 16.194 millones de euros, de acuerdo con los datos publicados por el INE (Instituto Nacional de Estadística) que es la cifra trimestral más alta para este sector desde el año 2012.
También se percibe un cambio de signo en lo que se refiere al número de ocupados en el sector, que ya lleva 13 meses consecutivos por encima del millón de personas, elevándose ahora la cifra a 1.154.600, según la última encuesta EPA divulgada por el INE; es el mejor dato trimestral desde el segundo trimestre de 2012. Eso sí, es cierto que se está muy lejos de los más de 2,6 millones de ocupados que había en el sector a comienzos del año 2008. Por otra parte, es altamente improbable que en el corto o medio plazo se pueda recuperar esa cifra, dado que la brecha es de 1,45 millones de personas. Es decir, el número de ocupados en la construcción tendría que crecer más del doble sobre los niveles actuales.
Sin embargo, también es cierto es que el número de desempleados registrados en la construcción ha mejorado a ritmo de vértigo durante los últimos años: al cierre del tercer trimestre se situó en 140.600 personas, mientras que en 2016 llegó a superar los 200.000; y en el primer trimestre de 2009 alcanzó la cifra de 736.000 afectados. Estos números ponen negro sobre blanco el gran cambio que, paso a paso, se ha operado en el sector: en 2009, el 18,3% de los parados pertenecían a la construcción; hoy el porcentaje se ha reducido al 3,8%, casi seis veces menos.
El sector ha atravesado momentos muy duros. Al pinchazo de la burbuja inmobiliaria se sumó la necesidad del Gobierno de controlar el déficit público, lo que se tradujo en un fuerte recorte tanto del gasto como de las licitaciones. De acuerdo con nuestro Anuario de Administraciones Públicas 2016, los importes en licitaciones públicas pasaron de 35.485 millones de euros en 2009 a 14.563 millones de euros en 2012; la travesía en el desierto duró años, hasta que se interrumpió abruptamente en 2016, con un récord de 73.394 millones. Obviamente, la construcción solo representa una parte de este montante, pero siempre ha sido un componente relevante en las licitaciones. Como también lo ha sido en las ayudas y subvenciones públicas, a pesar de que los importes destinados a este fin han ido retrocediendo con rapidez. Así, nuestro anuario se refleja que se ha pasado de 252,7 millones de euros en ayudas públicas a la construcción en 2008 a 76,16 millones de euros en 2016, menos de la tercera parte que ocho años atrás.
Pese a todas las dificultades, el sector se ha caracterizado por una gran capacidad de adaptación, especialmente en todas las actividades auxiliares relacionadas con la construcción. No en vano, desde el año 2008 hasta la fecha se han creado en España 141.600 empresas inscritas en actividades de construcción, de acuerdo con los datos que maneja nuestro Gabinete de Estudios. En la era de la economía digital, el ladrillo busca su hueco.