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El concurso, la pesada losa que no soportan las empresas

El concurso, la pesada losa que no soportan las empresas

Los concursos de acreedores cumplen 35 meses consecutivos de descenso en la comparativa interanual, de acuerdo con los datos analizados por nuestro Gabinete de Estudios Económicos y que acaban de ser publicados en el Radar Empresarial. En septiembre se iniciaron 284 procesos formales de insolvencia, un 6,89% menos que en 2015. El ajuste empieza a dar algunos síntomas de agotamiento. Puede que sea incluso por un mero efecto de base estadística, pero lo cierto es que es la primera vez desde que se inició la tendencia actual que se dan dos meses seguidos en los que la caída en la comparativa interanual es inferior al 10% (en agosto fue del 4,48%). De todos modos, si en octubre vuelven a caer los concursos, ya serán tres años seguidos de retrocesos en la estadística. Entre enero y septiembre se iniciaron 2.961 procesos formales de insolvencia, casi un 20% menos que en el mismo periodo del año pasado. El promedio del año es de 329 concursos al mes, es todavía un 53% superior al de 2008, pero es el más bajo desde esa fecha. Con todo, tampoco se puede olvidar que desde el inicio de la crisis son ya casi 48.200 empresas las que se han tenido que declarar en concurso. Es decir, casi 50.000 empresas se han visto empujadas al abismo a lo largo de estos ocho años y la mala noticia es que la mayoría de ellas ha terminado cayendo.

En España se han hecho muchas reformas legales para dinamizar los concursos, de hecho, más de 30 reformas y revisiones parciales desde que en 2004 la ley unificó las quiebras e insolvencias. Sin embargo, la realidad es que aproximadamente el 95% de los procesos concluyen sin acuerdo entre la empresa en cuestión y sus acreedores, llevando a la compañía a su cierre definitivo. Tal es la situación que la inmensa mayoría de las empresas que echan el cierre en España ni siquiera intentan antes recurrir a la fórmula del concurso, tampoco comunican oficialmente su baja, por lo que es una tarea ímproba tratar de dilucidar cuántas empresas han cerrado en España desde 2008 hasta ahora. En todo caso, en otros países de nuestro entorno el proceso concursal constituye una verdadera segunda oportunidad para las empresas y no una vía sin salida. Esa es una de las asignaturas que queda pendiente para cuando se constituya un Gobierno con plena capacidad ejecutiva.

Uno de los sectores que más ha sufrido durante la crisis es lógicamente el de la construcción, una actividad que representa más del 5% del PIB nacional. Los concursos iniciados en el sector de la construcción suponen el 30,3% del total. De acuerdo con los cálculos de nuestro Gabinete de Estudios, son más de 14.600 empresas constructoras las que han entrado en concurso desde 2008. Solo este año hay 654, más que ningún otro sector, si bien el dato implica una caída del 29,3% sobre el mismo periodo de 2008. Es decir, cada día laborable entran en concurso más de 3 constructoras. La cifra es, no obstante, la más baja desde 2008. La profundidad del ajuste en el sector queda de manifiesto cuando se compara la situación actual con la del año 2013, en el que el promedio de constructoras que entraban en concurso era de 10,5 al día. Pero aproximadamente dos tercios de las constructoras que entran en concurso no generan recursos positivos, por lo que el volumen de constructoras en situación concursal que ya de partida ni siquiera tienen capacidad para ofrecer a sus acreedores alguna clase de acuerdo es extraordinariamente elevado.

La situación de las constructoras en concurso está, sin duda, está relacionada con el concepto en España de concurso de acreedores como último recurso, cuando ya es demasiado tarde. En este sentido, son envidiables legislaciones como la estadounidense, que concibe directamente la bancarrota como una reorganización empresarial y otorga a la empresa afectada un plazo de hasta cuatro meses para presentar un plan de viabilidad mientras continúa en plena posesión y control de sus activos, pudiendo seguir ejerciendo las actividades propias de su negocio.

La construcción sigue siendo uno de los puntales de la actividad económica española; solo este año se han dado de alta 11.071 nuevas constructoras, un 14% del total (el número de nuevas sociedades mercantiles constituidas entre enero y septiembre es de 79.630). Desde el inicio de la crisis hasta la fecha se han dado de alta 128.200 sociedades constructoras. Se trata del segundo sector más fructífero en cuanto a creación de empresas, solo superado por el comercio y la distribución, que suma 178.602 altas desde 2008. Buena parte de este boom constructor responde a antiguos empleados de constructoras que tras su despido se han reconvertido fundando pequeñas compañías para prestar servicios especializados y también se explica por movimientos societarios de empresas que quiebran y vuelven a abrir bajo un nombre diferente. El escenario de fondo es, además, de cierta fragilidad. Por ejemplo, entre otras muchas consecuencias más, la falta de Gobierno repercute negativamente en la licitación de obras públicas. En definitiva, aunque nuestra previsión es que España pueda cerrar este año con un crecimiento del PIB del 3,2%, el relato de esta crisis aún está lejos de su punto final.

 

Gabinete de Estudios Económicos de axesor
Categorías: Radar Empresarial

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