“En circunstancias especiales, el hecho debe ser más rápido que el pensamiento.”
Hernán Cortés
No cabe ninguna duda de que la Euro Zona se encuentra en circunstancias especiales y que por eso mismo el Banco Central Europeo (BCE) y su presidente, Mario Draghi, se han mostrado decididos a poner en marcha un plan, otro más desde que empezaran las diferentes estrategias para prevenir y luchar contra la “depresión” hace casi un lustro.
La realidad es ese punto de parálisis: crecimiento cero, inflación cero que inquieta en la Euro Zona, solo España se encuentra en situación de “poder sacar pecho” en cuanto a expectativas de crecimiento y mejoría en las encuestas –no así en endeudamiento, paro y precios-. El escenario común es de una economía renqueante -como demuestran los datos adelantados y las encuestas-, deudas cada vez más altas -el último dato de deuda pública de España indica que esta creció en el segundo trimestre de 2014 en 17.394 millones de euros y se sitúa en 1.007.319 millones; el 98,40% del PIB-, bancos aún débiles -conoceremos el resultado de los test de estrés en unas semanas-, paro crónico -tasa de desempleo en la Euro Zona del 11,5%, con Grecia y España a la cabeza en tasas del 27,2% y del 24,5% respectivamente-, revisiones de precios a la baja -el BCE espera una inflación del 0,6% para 2014- y un crecimiento que ni está, ni se le espera en el corto plazo.
Ante esta anémica recuperación Draghi actúa de nuevo, de manera rápida y sin esperar a reformas regulatorias, sorprendiendo como ya hiciera en su discurso para salvar el Euro en Londres en julio de 2012. El presidente del BCE sigue cumpliendo aquella promesa: “Haré todo lo que sea necesario. Créanme”. Y no descarten que la reunión del BCE de este mes de septiembre pueda ser de lo más importante que, por su transcendencia económica y sus implicaciones políticas, suceda en Europa en los próximos años.
En cuanto a los hechos, más credit easing. Las medidas monetarias adoptadas ahora, y que complementan las que se anunciaron en Junio, las conocen de sobra:
Bajada de tipos de interés de referencia en la Euro Zona a mínimos históricos y que queda en ese testimonial 0,05%. Recorte de la tasa de facilidad de depósito o lo que se les paga a los bancos por dejar a diario sus excesos de liquidez en la hucha del BCE en otros 10 puntos básicos dejándola ahora en el -0,20%. Esta tasa ya fue rebajada en Junio a -0,10% y suponía que, por primera vez, el BCE penalizaba a los bancos por guardar su liquidez y empezaba a cobrarles intereses con el fin de que ese dinero fluyera a la economía real.
¿Por qué y para qué una bajada de tipos? Para hacer más atractivas las subastas de liquidez condicionada para los bancos, las TLTROs aprobadas en Junio. La primera será el 18 de septiembre y se espera que la banca europea acuda de manera masiva dada la cuantía de las adjudicaciones y con los tipos casi al 0%.
Por parte de las medidas convencionales, como pueda ser la política de tipos de referencia, Draghi nos dice que ha agotado todas las vías, no hay margen para bajar más. Pero el plato fuerte es el anuncio de nuevas medidas de estímulo monetario no convencionales como el programa de compra de deuda privada respaldada por activos (ABS, Asset Backed Securities o lo que comúnmente conocemos como titulizaciones). Serán compras tanto en el mercado primario como en el secundario, es decir, tanto emisiones nuevas como ya existentes. En palabras del propio Draghi, esta compra “tendrá un impacto destacado en el balance”. Se comprará deuda privada en tramos senior y mezzanine (subordinada) pero siempre con garantía que la respalde. Se trata de compras de paquetes de deuda con garantía de préstamos a pequeñas empresas (SME) y también de deuda con garantía de créditos hipotecarios residenciales (RMBS). Es importante que se incluyan los RMBS, es un mercado que supone el 60% del total del mercado de ABS de la Euro Zona, ya que tendrá una lectura positiva para el sector inmobiliario y la confianza que para las familias se derivará de ello.
De esta nueva medida sabemos que comenzará en el mes de octubre, pero nos falta conocer datos fundamentales como el horizonte temporal de la misma y su montante. Datos que conoceremos en la próxima reunión del BCE (2 de octubre), pero de los que Draghi nos da una pista: quiere aumentar el balance del BCE en un billón de euros y devolverlo a niveles de inicios de 2012. ¿Que cómo se hace eso? pues con estas compras de deuda e inyectando liquidez en el sistema a través de las TLTROs aprobadas en la reunión de Junio.
En definitiva, más medidas del BCE que empujan con decisión el que las instituciones financieras “liberen espacio” en sus balances.
Por último, el BCE no descarta comprar también deuda pública -un Quantitative Easing (QE) como el americano- si no se consiguen los objetivos previstos de llevar la inflación cerca del 2% en un plazo de tres años. De hecho, este tema se habría discutido en la reunión, y contaría con una “confortable mayoría” a favor de la inédita medida. La compra de deuda soberana sería el último as en la manga. El último paso en el plan del BCE para que el proyecto europeo no se quede en eso, en un mero proyecto.
¿Y en cuanto a los pensamientos? Un tema con mucha “miga”. El plan de Draghi va más allá dando un giro a su discurso. Insiste en el papel de las reformas estructurales y de política fiscal que ya comentara este verano en Jackson Hole. Parece reconocer errores en la predicción de la inflación y del crecimiento de la Euro Zona y, por primera vez, se centra en la demanda y reclama políticas expansivas que la favorezcan. Pide estímulos además de reformas y reconoce los límites de la política monetaria: “es difícil alcanzar niveles de precios del 2% sólo con política monetaria, se necesita crecimiento, empleo…”. El BCE advierte a los Estados miembros que tiene limitada la actuación por sí solo y que su plan por la recuperación no tendrá éxito si los Gobiernos no hacen paralelamente sus deberes, continúan con las reformas estructurales y fiscales a la vez que adoptan nuevas reglas que favorezcan el crecimiento y el empleo.
Y este es el plan de Draghi, un plan de acción global que requerirá de un gran acuerdo político entre norte y sur, entre los defensores de las políticas expansivas y los de la austeridad. La Euro Zona deberá ser capaz de alcanzarlo si no quiere quedarse anclada en el 2010 ad eternum. Alemania, la eterna disidente, deberá ceder terreno a una Francia y a una Italia que no tienen más opción que convertir, más pronto que tarde, sus promesas en reformas, aunque ello tenga un coste político. El paradójico plan de un italiano en la corte de Frankfurt.
Y también es nuestro plan, el de gobernantes y ciudadanos. Plan que deberemos aceptar y cumplir para ver si, tal y como dice la canción, somos capaces de hacer algo a la vez por una vez.
María Muñoz es asesora financiera y trabaja en banca privada, actualmente desempeña su labor profesional en Inversis Banco.
Licenciada en Derecho por la Universidad de Valencia y, posteriormente, cursó un Postgrado en Derecho Urbanístico en la Universidad de Valencia y un Máster en Gestión Patrimonial y Banca Privada en CEU San Pablo. Actualmente es miembro del European Financial Planning Association (EFPA). Colabora habitualmente en medios de comunicación tales como TVE, Capital Radio, The Objetive, Expansión y El País.
En 2012 y 2013, en Twitter, fue elegida Tweco (una de las cinco cuentas clave para seguir la economía) desde su cuenta @mariadelamiel.