Dentro de poco más de un mes los principales bancos nacionales darán a conocer sus resultados acumulados al tercer trimestre del ejercicio y de su análisis se desprenderá que la recuperación de la rentabilidad que buscan desesperadamente, al menos en lo que se refiere a la obtenida por su actividad sobre la economía nacional, está aún muy lejos de conseguirse. Las cuentas se salvarán, en la mayoría de los casos, gracias a las menores necesidades de hacer provisiones debido tanto a los bajos tipos de interés, lo que alivia la carga financiera de los deudores, como a la mejora de la actividad económica que permite tener un menor nivel de paro y una cierta recuperación empresarial.