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Menos ampliaciones de capital que nunca, análisis de la situación

El año 2016 ha sido el año más bajo en términos de capital movilizado a través de ampliaciones de capital, con un saldo de 32.413,6 millones de euros, de acuerdo con las cifras analizadas por nuestro Gabinete de Estudios Económicos y publicadas recientemente en nuestro Radar Empresarial. El dato es un 10,7% inferior a la de 2015. Con este, es el tercer año consecutivo de caída de las ampliaciones de capital. Las empresas recurren habitualmente a las ampliaciones de capital como una fórmula para financiar sus actividades de expansión y crecimiento; en el caso del sector financiero son habituales también las ampliaciones para reforzar el capital ante las crecientes exigencias de los reguladores nacionales e internacionales y, cuando hay dificultades de acceso a préstamos bancarios, también sirven para financiar el circulante.

Entre 2011 y 2014, las ampliaciones de capital superan sistemáticamente en España los 40.000 millones de euros y en 2013 alcanzaron los 81.860 millones de euros. Sin embargo, ahora llevan dos años seguidos por debajo de la barrera de los 40.000 millones de euros. ¿Qué está ocurriendo para que las ampliaciones de capital en España estén bajo mínimos? Buena parte de la respuesta se encuentra en Alemania, concretamente en Fráncfort, la ciudad que alberga la sede del Banco Central Europeo (BCE).

La autoridad monetaria anunció en la primera reunión del año, celebrada a comienzos de mes, que mantiene sin cambios su política ultraexpansiva que ha inundado de liquidez el mercado y ha propiciado el restablecimiento del flujo de crédito, aunque no con la agilidad y rapidez que se perseguía. El BCE invierte mensualmente 80.000 millones de euros en comprar activos de renta fija y, a pesar de que a partir de abril esa cantidad mensual bajará a 60.000 millones, las inyecciones de liquidez se mantendrán al menos hasta final de año. Tampoco es previsible que haya cambios en relación con los tipos de interés al 0% que también mantiene la entidad central. De hecho, el propio presidente del banco, Mario Draghi, ha matizado el reciente ascenso de la inflación en toda Europa, al asegurar que se centra exclusivamente en la energía, mientras la inflación subyacente sigue “contenida” y ha asegurado que el crecimiento económico será “moderado”. En resumidas cuentas, el dinero fluye, pero los riesgos persisten.

En clave de ampliaciones de capital, las grandes empresas ya no precisan recurrir tanto a esta fórmula como sí lo hacían en un pasado bastante reciente. Así, pese a los incrementos registrados en diciembre, las grandes compañías han experimentado un descenso del 21,4% en los importes movilizados, quedándose en 11.561,5 millones de euros. En conjunto, las pymes también han ido a la baja, aunque su descenso ha sido mucho menor, del 8,09% (19.852,12 millones de euros, frente a 21.600 millones en 2015). Pero el caso más llamativo es de las pequeñas empresas, donde las ampliaciones no solo no disminuyen, sino que aumentan considerablemente: los importes canalizados alcanzaron los 14.580,05 millones de euros, un incremento del 16,4% en comparación con las cifras del año 2015.

El tejido empresarial español se caracteriza por la abundancia de pequeñas empresas y micropymes (con menos de 10 empleados), que son precisamente las empresas con más dificultades a la hora de obtener un préstamo. En definitiva, lo que los datos de ampliaciones vienen a indicar es que si bien el flujo de crédito se ha restablecido entre las grandes empresas y estas ya no precisan apelar con tanta intensidad a inversores y accionistas, las pequeñas compañías están encontrando en las ampliaciones una salida para financiar sus actividades.

La economía está en camino de recuperar los niveles previos a la crisis, el Gobierno calcula que el PIB nominal se equiparará a los máximos de 2008 en el segundo trimestre. Sin embargo, la situación económica actual es muy diferente a la de entonces. El sistema financiero ha acometido un saneamiento ingente, pero ahora se prepara una segunda oleada de fusiones bancarias, que, de concretarse, debería afectar a la disponibilidad de crédito. De igual forma, las exigencias de capital y ponderación de riesgos por parte de los supervisores hacen que las entidades financieras sean más restrictivas a la hora de conceder préstamos. Por otra parte, la crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de que las empresas gestionen de una forma profesional el riesgo y diversifiquen sus fuentes de financiación más allá del crédito bancario, lo que fortalece el potencial de alternativas como las emisiones de renta fija o las ampliaciones de capital.

 

Gabinete de Estudios Económicos de axesor
Categorías: Radar Empresarial

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