“El único poder verdadero de un banco central es, a fin de cuentas, el poder de crear dinero, y a la postre el poder de crear es el poder de destruir”
Paul Volcker
Los banqueros centrales tienen un problema: hace años que dejaron de ser aburridos. Estaban programados para permanecer en la retaguardia, sumergidos siempre en sus datos y sus estadísticas, alejados del ruido y los focos, centrados en lo suyo, que no es otra cosa que la gestión de la política monetaria, es decir, la gestión del dinero.