El crecimiento económico es sólido, y viene acompañado de un fuerte y constante descenso de la morosidad. Además el Banco Central Europeo (BCE) ha limpiado y facilitados todos los cauces para que fluya el crédito, que tan férreamente quedó cerrado en los tiempos más duros de la crisis. Sin embargo, según los datos recogidos por nuestro Boletín Trimestral de Morosidad PULSE, España sigue en su particular incongruencia; tener el cauce del río en las mejores condiciones, pero sin que llegue el agua. Según nuestras previsiones, la economía crecerá un 2,5% este año, mientras el volumen total de crédito sigue contrayéndose sin que fluya a las familias y sociedades españolas. El saldo de crédito concedido terminará el año en 1,21 billones de euros, una caída del 5,15% sobre diciembre de 2015, y que no dejará de caer mes tras mes hasta llegar a situarse en mayo por debajo de los 1,18 billones.