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El otoño irrumpe con sabor agridulce para la hostelería

El otoño irrumpe con sabor agridulce para la hostelería

A la espera de que se distribuyan las ayudas anunciadas por el Ejecutivo, las ganas de recuperar la normalidad, el ahorro acumulado durante los meses más complicados de la pandemia y los cielos despejados que nos está regalando la climatología a mediados de este mes de octubre están suponiendo tres de las mejores noticias para el sector de la hostelería en España. Esto último, en concreto, ha sido el acicate definitivo para que propios -más que ajenos- luzcamos de nuevo el disfraz de turista. A la vista están los datos del pasado puente del Pilar con ocupaciones del 90% en una gran mayoría de destinos y más de 7,2 millones de desplazamientos, según la Dirección General de Tráfico (DGT).

Tras meses de incertidumbres, limitaciones y números rojos en sus cuentas de resultados, los hosteleros empiezan a percibir el dulzor del aroma de la incipiente recuperación. Pero los buenos sabores con los que ha arrancado el otoño no son suficientes para olvidar lo agrio y amargo de los meses que hemos dejado atrás. La pandemia se ha cebado con el sector, que hasta el mes de septiembre ha acumulado un total de 632 concursos de acreedores, cifra que está un 149% por encima de la registrada en el mismo periodo del pasado año, según constatan los datos del último Radar Empresarial de Concursos de Acreedores y Creación de Empresas elaborado por el Gabinete de Estudios Económicos de axesor an Experian company.

Pese a lo abultado del dato y sin restar un ápice de gravedad, también es cierto que el ritmo de crecimiento de insolvencias en bares, restaurantes y hoteles se ha reducido considerablemente los meses de verano, dejando atrás el pico de aumento del 272% que se registró a cierre del primer semestre. Mejoría de la que también dejan constancia los datos de la Seguridad Social, que en el noveno mes del año registraron 1.298.167 nuevas afiliaciones al Régimen General entre los hosteleros, lo que significa un 8,31% más interanual. Incluso, el Régimen de Autónomos también cerró en positivo, con 326.206 altas, un 0,07% más.

Así, parece que los fogones de un sector que aporta en torno al 6% del PIB en España vuelven a funcionar y cocinan, a fuego lento, una recuperación que deberá sostenerse sobre los pilares de la innovación, la sostenibilidad y la digitalización. Incluso en sectores tan tradicionales como el que es objeto de análisis en este artículo y al que esperamos lleguen buena parte de los casi 13.000 y 3.000 millones de euros que las cuentas estatales (PGE) para 2022 presupuestan para actuaciones y programas de innovación, desarrollo, investigación y digitalización y comercio, turismo y pymes, respectivamente.

Inyecciones económicas que deben tener como objetivo último la ganancia de competitividad y que, además, se tornan imprescindibles si tenemos en cuenta que todavía quedan más de 2.100 trabajadores del sector en ERTE (casi 2.600 si sumamos las actividades de ocio) y que los hosteleros tienen que afrontar, con lo puesto, el sobrecoste tanto de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) como del precio de la electricidad, que ha llegado a marcar máximos de 288 megavatios hora (MWh). A modo de inciso, pensemos que la factura de la luz supone, de media, en torno al 12% de los costes de un restaurante.

A este último respecto, consideramos que todos los actores del sector energético deben perseverar en el trabajo ‘codo con codo’ si no queremos dar al traste con la recuperación y el optimismo económico. Ya estamos viendo como la imparable alza de la energía -unida a la crisis de suministros- están dañando al tejido empresarial de España. Recordemos, por ejemplo, los casos de la metalúrgica Sidenor y de la empresa de fertilizantes Fertiberia, que han anunciado hace pocos días que pararán la producción para poder pagar una factura eléctrica que se ha cuadruplicado en los últimos meses. Y también las palabras del director general de la Asociación de Bebidas Refrescantes Anfabra, Josep Puxeu, durante un debate en la Universidad de Alcalá de Henares a principios de mes, al apuntar que más tarde que temprano “la subida se trasladará al consumidor”.

Traslación ésta que supone una amenaza para la inversión, la iniciativa emprendedora -que, dicho sea de paso, apenas ha crecido un 0,67% hasta septiembre, según el Radar Empresarial de axesor an Experian company- y, por tanto, para el crecimiento económico. No olvidemos que, en Economía, lo micro siempre acaba escalando a lo macro. Y si no, que se lo pregunten a los analistas del FMI (Fondo Monetario Internacional), que en sus previsiones de octubre han rebajado ocho décimas las expectativas del Gobierno, dejando a España fuera de los puestos de cabeza de la recuperación.

Categorías: Radar Empresarial

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