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Los retos que el inicio de curso plantea al tejido empresarial de España

| 13 septiembre 2021
Los retos que el inicio de curso plantea al tejido empresarial de España’

Además de por la llegada del otoño y de por el olor a libros nuevos, septiembre se caracteriza por la vuelta a la actividad del tejido empresarial. Un retomar que este año, pese a las incertidumbres y vaivenes económicos que se vienen produciendo desde que el COVID irrumpiese en nuestras vidas en marzo de 2020, conserva el optimismo del periodo estival.

Aunque marcados por el parón administrativo de los meses de verano, los datos del último Radar empresarial de concursos de acreedores y creación de empresas de axesor an Experian company confirman la recuperación, ciertamente lenta, pero esperemos segura, de nuestras empresas y negocios. En agosto se declararon 158 concursos de acreedores un 14,5% menos que en el mismo mes de 2020 y la primera contracción que se produce en los últimos siete meses. Yendo más al detalle, es la cuarta mejor cifra de un histórico que arranca en 2008.

En términos de emprendimiento, los datos son aún mejores, se crearon 6.835 empresas, un 12,1% más que hace un año y segunda mejor cifra de la serie, sólo superada por los registros del año 2016, cuando las altas se elevaron hasta las 7.357. Avance que, además, se acompaña del aumento de casi el 16% en la inversión inicial y que eleva el acumulado por encima de los 3.658 millones de euros.

Los datos, sin lugar a dudas, animan a dejar de contener la respiración. No obstante, debemos tener en cuenta que, en el caso de las insolvencias, el acumulado continúa cerca de un 52% por encima de las cifras del pasado ejercicio. Y que sólo un sector, el primario, registra un número inferior de procedimientos que en 2020, en concreto un 33,3% menos.

Bajo esta coyuntura y con las miras puestas en que el oasis de agosto no se convierta en un espejismo, el ecosistema empresarial se enfrenta a una serie de retos parte de cuyas soluciones están en manos de Gobiernos (central, autonómico y local) y agentes sociales.

Dejando aparte las, como dice el anuncio publicitario, “ganas” de seguir adelante y el necesario esfuerzo de reconversión hacia modelos de negocio y soluciones más digitales y sostenibles -con, por ejemplo, la incorporación de herramientas de análisis que minimicen sus riesgos de impago comercial, faciliten el cumplimiento normativo e información mercantil, que ayuden a conocer sus clientes, competencia y entorno, como monitoriza® plus, investiga® pro o GeoMarketing Xpert® de axesor an Experian company- las empresas tendrán que bregar en los próximos meses con la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de entre 12 y 19 euros pendiente de acuerdo entre Ejecutivo, patronal y sindicatos. Una subida controvertida que, tal y como advierten organismos como Banco de España, economistas y representantes empresariales, podría ser un lastre para la creación de empleo y lo peor, que podría elevar de nuevo las cifras del paro, especialmente en sectores como las empleadas del hogar y el agrario. Trabajadores que, incluso, podrían ser expulsados a la economía sumergida con lo que eso conlleva a todos los niveles.

Por otra parte, hemos de tener en cuenta que la subida del SMI afecta a las cotizaciones que pagan empresas y autónomos, cuya subida de cuotas se desvinculó de los Presupuestos Generales y quedó congelada en el mes de enero hasta que se produjese la revisión al alza del citado salario mínimo. Así, quienes desarrollen su actividad por cuenta propia pasarán a pagar un 30,6% sobre la base de cotización, esto es tres décimas más de lo que vienen abonando hasta ahora y lo que en euros supone

entre tres y 12 euros más cada mes, en función de la base de cotización. Eso, siempre y cuando no tengan empleados, en cuyo caso pagarán en torno a 1.000 euros más cada año por cada trabajador. Otro factor muy a tener en cuenta es que el alza del SMI podría obligar también a incrementar los salarios intermedios, especialmente los situados en la franja de entre 1.000 y 1.300 euros.

La subida del precio de la luz supondrá sin duda una de los retos más importantes para las empresas y negocios. El desmesurado y casi imparable alza -que según fuentes del sector no remitirá hasta mediados del año próximo- supone un plus adicional en el apartado de costes mensuales que, varía en función de la actividad. Por ejemplo, se calcula que en el caso de la hostelería la factura se incrementará entre un 30% y un 40%. Porcentaje que se traduce en aumentos de entre 300 y 1.000 euros más al mes. Un lastre que podría desembocar tanto en el cierre de negocios como en la salida de algunas empresas de España.

En este apartado, talleres mecánicos e industria del automóvil (puntero en la economía española) se encuentran entre los sectores más afectados. Además, la fabricación de vehículos debe también enfrentarse a la escasez de semiconductores, un problema menos mediático, pero no de menor calado que ya está ocasionando cierres parciales de plantas

A lo anterior, se suma la incertidumbre de cuándo, cómo y en qué medida se incrementará la presión fiscal (o lo que es lo mismo, se subirán los impuestos) para, como alegan desde el Ejecutivo, “equipararla a la media de la Unión Europea”. Losa que se añadirá al agotamiento de una demanda embalsada que ha salvado la campaña de verano de muchos negocios.

Categorías: Radar Empresarial

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