La sociedad y la economía del mañana casi inmediato tendrá poco que ver con lo que conocemos. Manteniendo la esencia y recordando lo aprendido a lo largo de los millones de años de historia y evolución nos estamos adentrando en un nuevo mundo más digitalizado, más verde y más sostenible. Este mensaje, que ya es la letanía de discursos políticos, programas y estrategias nacionales, también se ha colado en el ADN de las empresas, cada vez más verdes, más digitales y más sostenibles.
Y esto se refleja en los datos. Según el Radar Empresarial de Ampliaciones de Capital elaborado por el Gabinete de Estudios Económicos de axesor an Experian company, las empresas del sector de suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado fueron las que registraron el mayor incremento de volumen de capital ampliado hasta el mes de julio, un 109,38%, hasta superar los 457,35 millones de euros de inversión y colocarse en octava posición entre los sectores que más dinero destinan a esta partida. Muy cerca de construcción y agricultura, los dos sectores muy poco por encima en el ranking.
Como muestran los datos de los últimos radares y venimos incidiendo desde que se confirmase que España recibirá 140.000 millones de euros de los fondos Next Generation, las empresas del sector (grandes y pequeñas) están tomando posiciones para conseguir el trozo de un pastel de 15.339 millones de euros, que es la cantidad que se gestionará desde el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) en el periodo 2021 – 2023. Una cuantía que se destinará a la, en palabras de la vicepresidenta tercera y ministra del ramo, Teresa Ribera, “transición energética justa e inclusiva (10.756 millones de euros) y al desarrollo de infraestructuras y ecosistemas resilientes (4.583 millones de euros)”. Así, el Plan abarcará actuaciones que van desde el impulso a la movilidad sostenible hasta el avance, mejora y perfeccionamiento de las infraestructuras eléctricas, la promoción de redes inteligentes y el despliegue del almacenamiento, pasando por la rehabilitación de vivienda y la preservación del espacio litoral y los recursos hídricos entre otros.
Los planes, sin lugar a dudas, son ambiciosos, pero hay que tener altura de miras y exigir -o autoexigirse- un esfuerzo de coordinación para que realmente sean efectivos y lleguen a buen puerto. De lo contrario, todo se quedará en buenas intenciones y papel mojado, poniendo en riesgo no sólo la recuperación de la economía, que ya muestra signos de presencia real, sino también la llegada del dinero procedente de Bruselas.
En cualquier caso, y fuera del ámbito político e institucional, lo cierto es que las empresas españolas llevan trabajando en la transición energética desde hace años. Es más, algunas, se han convertido en referentes a nivel internacional. Por ejemplo, Iberdrola, que desde que arrancó el milenio apostó por un modelo energético limpio, invertirá 150.000 millones de euros hasta 2030 para este fin, apoyándose en el aumento de la capacidad de las tecnologías renovables, que triplicará de aquí a final del periodo.
Otro caso es el de Repsol. Por paradójico que pueda resultar por la propia actividad en la que se enmarca, la compañía avanza muy buen ritmo en su proceso de descarbonización con el objetivo de llegar a las “cero emisiones” en 2050. Además de transformar sus instalaciones en hubs multienergéticos, para conseguirlo impulsará el uso del hidrógeno renovable para la producción de combustibles sintéticos.
Las anteriores son sólo dos muestras del ecosistema empresarial de la energía en España en el que desarrollan su actividad más del 16.700 empresas y negocios de todos los tamaños, desde comercializadores (Hola Luz, Respira Energía, Podo, Gana Energía, Integra…) hasta instaladores (i-Resol, Solar Innova, Implica-t, Solar Tec…). Empresas que también están alineadas con la transición hacia la economía verde y la sostenibilidad del planeta. Empresas, muchas de ellas, que se verán beneficiadas del efecto tractor de la grandes. Al igual que las de otros sectores como la construcción, la agricultura o la industria del automóvil, que en un ejercicio de confianza en la mejora de la economía también están ampliando capital.
Echemos un vistazo, si no, a los datos del Radar de Ampliaciones de Capital de axesor an Experian company a cierre de julio: en agricultura las ampliaciones de capital aumentaron un 47%, aproximándose a cerca de 468 millones de euros; en la construcción un 49%, rebasando los 1.885 millones de euros; las actividades profesionales, científicas y técnicas, con un avance del 16%, superaron los 1.000 millones de euros de volumen de capital ampliado… Avances que, por cierto, contribuyeron de forma decisiva a que el volumen de ampliaciones de capital se elevase hasta casi los 16.844 millones de euros, un 49% más que en el mismo periodo del año pasado.
Datos que nos llevan a la conclusión con la que titulamos este artículo: las empresas españolas confían en la economía verde. ¡Esperemos que esto no se quede en sólo una moda pasajera!