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La demanda embalsada anima a la banca financiar a los consumidores

La demanda embalsada anima a la banca financiar a los consumidores

La banca se abre a la financiación al consumo. Esta es la conclusión más llamativa del último Boletín Trimestral de Morosidad PULSE elaborado por el Gabinete de Estudios Económicos de axesor, empresa de Experian, compañía líder en servicios de información global.

Abril rompió con la tendencia contractiva en el volumen de saldo vivo de crédito bancario que se venía produciendo desde 2012. El cuarto mes de 2020 registraba un incremento de la financiación bancaria a particulares (hipotecas y créditos al consumo) y sociedades no financieras del 1,66% interanual, hasta superar los 1.164 millones de euros, según los datos de Banco de España. De esa cantidad 179,49 millones de euros se destinaron a financiar compras en los hogares, fijándose un plazo de amortización superior a los cinco años en el 58,6% de los casos.

El ahorro acumulado por los consumidores -con una tasa que en 2020 registró su máximo del 14,8%- durante los meses de confinamiento y de restricciones ha creado una gran bolsa de demanda que se está liberando de forma progresiva a medida que se van retirando las limitaciones a la movilidad. Prueba de ello es el incremento del 6,38% interanual que se registró en el primer trimestre del año en el gasto con tarjeta de crédito, también según los últimos datos del regulador.

Las ganas de consumir y la mejora de las perspectivas de recuperación económica avaladas por el conjunto de economistas, organismos y casas de análisis, están siendo un acicate para las entidades financieras, que han virado sus estrategias y, como cita textualmente el Boletín Trimestral de Morosidad PULSE, “se están posicionando de forma táctica en la financiación al consumo”. De ahí los repuntes que desde axesor, an Experian company, se esperan en estas líneas de crédito y en todos los bancos. De hecho, algunos ya han dado los primeros pasos en este sentido.

Del lado del tejido empresarial, cabe señalar que, hasta el mes de abril, la financiación a sociedades no financieras (empresas y autónomos) ascendió a 478,97 millones de euros -de los cuales 245,44 se formalizaron a un plazo de más de cinco años-. Cifra casi 75 millones de euros por encima de la registrada en abril del año pasado.

En este punto hemos de valorar que los 7.000 millones de euros de ayudas aprobadas por el Gobierno para las pymes y autónomos afectados por la pandemia, parecen estar suponiendo otro puntal para que las entidades financieras abran el grifo de la financiación bancaria a este segmento de la economía productiva por el plus de solvencia que representa.

Así las cosas, la buena disposición de los bancos en la concesión de financiación al consumo y a las empresas refleja el optimismo que empieza a brotar en la economía y los mercados. Sólo falta que las previsiones vayan tomando forma y pasen del papel a las cuentas de resultados. Y que la mejora de los números negros se transforme, poco a poco y con la debida solidez, en nuevos puestos de trabajo.

Empleo, que por cierto será el que alivie los bolsillos de los consumidores y permita ir reduciendo progresivamente el endeudamiento al que están recurriendo las familias y los negocios. Porque, si de algo se advierte también en el boletín PULSE del mes de junio, es del más que posible repunte de la tasa de morosidad una vez finalicen las medidas extraordinarias aprobadas por el Gobierno para paliar el impacto de la crisis económica. Es más, “será este el momento en el que se conocerá, entre otras variables, cual es la situación real del porcentaje de morosidad sobre los préstamos concedidos”, se apostilla en el informe. Morosidad, por cierto, que ahora registra mínimos históricos, pese a la leve subida de los créditos impagados del mes de abril.

Pese a esto último, el temor a que la tasa de mora se dispare, es lo que ha hecho a las entidades financieras “nadar y guardar la ropa”. La disposición a girar la llave para que fluya la financiación viene acompañada por un endurecimiento de las condiciones de acceso al crédito y una evaluación de riesgos mucho más exhaustiva y estricta. Algo que también se ha percibido en el caso del crédito hipotecario. Pese a ello, por el momento, el porcentaje de solicitudes rechazadas no son significativas.

El panorama, a futuro, empieza a pintar bien. No obstante, aún con el halo de optimismo que se palpa en las últimas semanas, no debemos olvidar que estamos ante un hecho desconocido hasta ahora, que la amenaza de nuevos brotes sigue estando presente y que la demanda embalsada tiene un impacto coyuntural que tarde o temprano comenzará a disiparse en la verdadera normalidad. Debemos por tanto observar y no lanzar las campanas al vuelo antes de tiempo.

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Etiquetas: axesor economía España morosidad PULSE

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