La RAE define como resiliencia la capacidad de adaptación de los seres vivos, a una situación adversa o, en el caso de un material, de recuperar su estado natural tras cesar la perturbación a la que se había visto sometido. En el caso de las empresas españolas que están sobreviviendo a la crisis son aplicables ambas definiciones. Hecho que queda corroborado al analizar los resultados del Radar Empresarial de Ampliaciones de Capital correspondiente al mes de junio elaborado por el Gabinete de Estudios Económicos de axesor, una empresa de Experian, compañía líder en servicios de información global.
Los datos encajan con el optimismo y la incipiente recuperación de la economía. Tal y como hemos comentado en este mismo blog, las empresas deciden ampliar capital para mejorar su solvencia y acometer nuevas inversiones, entre las que se incluye la creación de empleo. Hecho que tiene como trasfondo las expectativas de mejora de la demanda y de la inversión que están siendo confirmadas por los principales organismos internacionales. La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) elevó su previsión de crecimiento para España dos décimas, al 5,9%, impulsado por el gasto doméstico que crecerá un 6,4% ese año. Por su parte, Banco de España es algo más optimista y prevé que el PIB nacional alcance el 6,2% a finales de este año 2021 y el consumo el 7,1%.
Avances derivados de la conocida como “demanda embalsada” y que prevemos sean circunstanciales. Es decir, los consumidores están gastando ahora el ahorro acumulado durante los meses más duros de la crisis sanitaria en actividades como la restauración, el turismo o el ocio. Sectores en los que los actuales atisbos de recuperación empezarán a tomar consistencia a la vuelta del verano ya que, por ahora, y en comparación con los datos de los años anteriores a la irrupción del COVID-19, continúan en negativo. Es decir, se amplía menos capital y se reduce más.
Mientras otras actividades ya han visto la luz al final del túnel. Hablamos del sector financiero y asegurador, del inmobiliario y de la construcción. El volumen de las ampliaciones de capital superó entre los tres los 9.627 millones de euros, es decir, el 71,6% del total de recursos destinados por las empresas españolas. No es de extrañar si lo ponemos en relación con los datos de compra-venta de viviendas que se incrementaron en abril un 91%, superando los niveles pre-crisis.
A la vista de las cifras cabe preguntarse, ¿somos capaces de salir de la zona de confort virar definitivamente hacia una economía digital y sostenible?
Como también hemos apuntado en anteriores ocasiones, desde axesor an Experian company creemos que no se trata de cambio, sino de transformación. España y las empresas españolas deben continuar aprovechando su experiencia y buen hacer en turismo, hostelería y comercio. Y estos sectores deben seguir manteniendo un importante peso en el PIB. Pero deben adaptarse a los nuevos modelos de consumo, adoptando herramientas digitales como el Big Data o la Inteligencia Artificial para diversificar y ampliar su oferta de servicios a la vez que para hacer más eficientes los procesos.
En cuanto al ladrillo, quizá deberíamos parar y reflexionar sobre cómo han de ser los nuevos parques de viviendas, de oficinas y de naves industriales. Amén de adaptar las infraestructuras a la movilidad del Siglo XXI, que vendrá protagonizada por del vehículo eléctrico y autónomo.
A la par, la industria tiene que avanzar y seguir cobrando protagonismo en el mercado. España y las empresas españolas están capacitadas para afrontar los retos de la nueva economía. Es más, muchas pymes españolas compiten en los mercados exteriores con grandes multinacionales y lideran proyectos que, por ejemplo, cambiarán la forma de producir y consumir energía, de trasladarnos, de comunicarnos... Pequeñas empresa y startups que, en ámbitos como el de la salud, están suponiendo verdaderos avances en la diagnosis clínica o en la recuperación de la movilidad de pacientes con lesiones medulares, enfermedades degenerativas o atrofias musculares. Pensemos, si no, en el hecho de que el primer exoesqueleto infantil lo ha creado una empresa española.
Tenemos talento. Y tenemos pequeñas empresas y autónomos que quieren innovar, que quieren aportar su granito de arena a la evolución y al estado de bienestar. Tenemos también grandes compañías que deben continuar ejerciendo de tractor para que estas pymes y autónomos innovadoras puedan continuar creciendo y creando. En definitiva, el tablero debe abrirse a nuevos jugadores porque sólo de ese modo conseguiremos una recuperación sólida.