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‘Octubre rojo’ para el tejido empresarial

‘Octubre rojo’ para el tejido empresarial

Octubre ha sido el mes en el que los concursos de acreedores han cruzado la barrera hasta el rojo. La recuperación total de la actividad en los Registros Mercantiles, la finalización de las medidas aprobadas por el Gobierno en los meses más duros de la pandemia para evitar los cierres masivos de empresas, las limitaciones provocadas por la segunda ola y el fin del periodo de carencia en los préstamos ICO han llevado a muchas empresas a echar el cierre de forma definitiva.

Los datos así lo demuestran. Los concursos de acreedores se incrementaron por primera vez en octubre tras siete meses de caídas continuadas. Se declararon un total de 504 procedimientos, lo que significa un 10,5% más que en el mismo mes del año 2019, según el último Radar de Concursos de Acreedores y Creación de Empresas de axesor. Lo ocurrido ya se venía sospechando a tenor de la evolución de las cifras desde que se levantó el confinamiento y, empresas y ciudadanos, volvimos a esta normalidad distinta. Si bien, en abril y mayo, las insolvencias se contraían a un ritmo interanual del -87% y -63% respectivamente, en junio los cierres casi masivos de negocios -especialmente de aquellos más sensibles como los relacionados con el turismo, el comercio y la hostelería- empezaron a comerse a mordiscos los citados porcentajes. Así, empleando el símil del famoso submarino del film protagonizado por el recientemente desaparecido Sean Connery, un gran número de empresas se sumergen en las aguas de la insolvencia en su particular ‘octubre rojo’.

Mismo color que tiñe también el emprendimiento. Tras dos meses de alivio en los que se crearon más empresas que hace un año, en otoño volvemos a crecimientos negativos. Y lo peor es que en lo que llevamos de 2020 se crearon 62.553 sociedades, un 20,62% menos que hace un año.

Además y a la vista de los datos, parece que algo hemos aprendido y aunque comercio con 13.258 y construcción con 8.324 nuevas empresas lideran el número de emprendimientos, las actividades profesionales, científicas y técnicas ocupan el tercer puesto entre los sectores preferidos por los emprendedores.

Es esto último lo que insufla cierta esperanza. Llevamos años escuchando que el modelo económico de España necesita un golpe de timón de 180 grados. Y decimos bien cuando hablamos de 180 grados y no de 360, porque si bien es cierto que se necesitan avanzar en profesiones y empleos de mayor cualificación, orientadas a sectores estratégicos, no podemos olvidarnos de que el turismo representa un 11% de nuestro PIB y que la hostelería supone más del 6% para nuestra economía. Incluso si entendemos esta última como una cadena de valor que engloba desde la producción agrícola, la distribución, el turismo asociado al sector y la propia actividad hostelera, su peso sobre el PIB se elevaría hasta el nada desdeñable 33%.

Dicho lo anterior, lo que tampoco podemos pasar por alto es que remontar este annus horribilis y las secuelas que se prevén hasta por lo menos 2022, dependerá en gran medida de si equilibramos la balanza entre sectores tradicionales y sectores emergentes.

Si algo ha demostrado la pandemia es que la Inteligencia Artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT), el cloud computing, el blockchain… se hacen imprescindibles para que los ciudadanos y las empresas puedan continuar desarrollando su actividad (en menor, mayor o total medida) en situaciones de crisis e incertidumbre. Fijémonos si no en los datos publicados por la Comisión Nacional de los Mercados de la Competencia (CNMC) que sentencian que durante el primer trimestre del año la facturación del comercio electrónico creció un 11,6% con respecto al mismo periodo de 2019, superando los 12.200 millones de euros. O, centrándonos en un ámbito más concreto, el COVID-19 ha incrementado un 8% el número de clientes de los supermercados on-line.

Pensemos también en cuánto se han incrementado las transacciones en la banca on-line, que en algunos casos han rebasado el 200%. O en el sector sanitario, donde la asistencia a distancia se ha convertido en el pan nuestro de cada día en los centros de salud. ¿Cuánto mejorarían los diagnósticos si se implementasen tecnologías más avanzadas que acercase a médicos y pacientes? O en el propio sector industrial, donde la digitalización de procesos implica un incremento de la productividad y permite que los empleados se formen en tareas de mayor cualificación…

Un despegue que ha tenido un necesario compañero de viaje, el transporte y la logística. Los datos hablan por sí solos. En lo que va de año se han declarado un 28% menos de concursos de acreedores y que se ha invertido un 275% más de capital para constituir las nuevas empresas del sector.

Además de las tecnologías y el transporte, existen otros sectores como biosalud, energías renovables, economía circular, aeroespacial… que ofrecen verdaderas oportunidades para los emprendedores y empresas, y es precisamente sobre este nuevo paradigma sobre el que se tiene que sostener la economía del futuro más inmediato. Harina de otro costal sobre la que hablaremos en próximas entradas.

Categorías: Radar Empresarial

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