Los nubarrones en los que la desaceleración económica ha sumido al tejido empresarial español han empezado a arrojar sus primeras gotas de lluvia ácida. El último panel de Funcas advertía de que la economía nacional apenas crecerá un 1,6% este año 2020, tres décimas por debajo de lo que lo hizo en 2019. Esto afectará, y mucho a la creación de empleo a tiempo completo, que se ralentizará hasta el 1,4% frente al 2,2% con el que los panelistas del think tank estiman que cerró el pasado ejercicio. Por otra parte, la inflación se elevará hasta el 1,1% cuatro décimas más este año.
Un guiso cocido a fuego lento que resulta aderezado por las incertidumbres externas, como la consumación del Brexit el pasado 31 de enero, la guerra comercial entre Estados Unidos y China y, por si fuera poco, la crisis que el coronavirus ha generado en los mercados. Dentro de casa, el punto de más de sal y pimienta lo aportan la incógnita de si se derogará o no la reforma laboral de 2012 (y en caso afirmativo cómo se hará), el impacto del reciente incremento de SMI (Salario Mínimo Interprofesional) en el empleo o la política fiscal del nuevo Ejecutivo PSOE-Unidas Podemos, que amenaza con subidas de impuestos a, entre otros, el gasoil.
En definitiva, un panorama que genera cierta inquietud o, como poco, precaución en el tejido empresarial, tanto en el ya consolidado como en el de los aventureros que optan por emprender. Pese a que los datos del radar de axesor apuntan que la creación de empresas sigue en positivo -enero cerró con 7.898 nuevos emprendimientos-, este es muy inferior al que se producía hace tan sólo un año. Concretamente un 5,16% más bajo. Dicho de otro modo, en el primer mes de 2020 se crearon 430 empresas menos que en el mismo mes de 2019.
Al analizar los resultados del informe se aprecia que algo está cambiando en el ecosistema emprendedor. De los nueve sectores (de un total de 20) en los que axesor divide la actividad económica, las actividades sanitarias y de servicios sociales y las actividades profesionales, científicas y técnicas ocupan la segunda y cuarta posición del ranking de creación de empresas. Sumaron respectivamente un 9,25% y un 8,42% de incremento interanual. Ambos avances movidos en buena medida por el impacto de la silver economy, la economía sostenible -ya sea verde o azul- y la economía digital en el mercado de trabajo. Todo ello sin perder de vista uno de los fuertes made in Spain: la hostelería. Con 815 nuevas empresas registró un crecimiento del 6,12% respecto al pasado año.
Este guiño al cambio de modelo productivo de la economía española se puede apreciar también en el menor crecimiento de sectores como el comercio y la construcción, donde la iniciativa emprendedora cayó un 9,33% y un 11,92%, pese a ser los que en términos absolutos concentraron un mayor nuevo número de empresas. Dato que coincide con el hecho de que fue en ambos donde se registró un mayor número de concursos de acreedores en términos absolutos. Un total de 107 en el comercio y de 83 en el ladrillo, con subidas del 84,48% y del 50,91% en relación al año pasado.
Motivo de preocupación resulta el retroceso del 26,24% en la creación de empresas en el sector manufacturero que, por otra parte, es el sector en el que mayor número de insolvencias se han producido durante el primer mes del año. En concreto, éstas se han disparado un 119,44% con respecto a enero de 2019. ¿Es esta la confirmación de que las empresas españolas esperan menos pedidos y/o ventas con respecto a los de los años anteriores?
En este apartado (crecimiento del número de concursos de acreedores declarados), sólo le “adelantan” las actividades financieras y de seguros, con 12 nuevos procedimientos concursales en enero de 2020 (un incremento interanual del 140%) y las de suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado, sector que sumó 7 nuevas insolvencias, un 133,33% más de procedimientos que el ejercicio precedente.
Curioso es el hecho de que, aunque el comercio electrónico es el gran beneficiado por el cambio de hábitos que los milennials han imprimido al consumo y con él también sector del transporte y la logística, en este último se produjeron 20 insolvencias más que en enero de 2019. Esto es crecieron un 11,11%. Y, lo más llamativo, es que el número de nuevas empresas fue un 21,38% inferior al de 2019. Ante esto surgen dos preguntas ¿se están comiendo los peces grandes como Amazon y Alibabá a los peces “chicos” de un tejido empresarial, el español, compuesto en un 98% por pymes?; ¿es esto extensible a otros sectores?
La respuesta queda abierta a un condicional. Y es que bien podría ser si tenemos en cuenta que el capital suscrito para la constitución de nuevas empresas se elevó un 50,93% en enero hasta los 911,21 millones de euros, más de 300 millones por encima que en 2019 (603,74 millones de euros).