2019 ha sido el año de la desaceleración, con una ralentización del crecimiento en España que da lugar a un avance del 2% del PIB, según nuestras previsiones. La economía española ha registrado crecimientos menores a los que nos habíamos acostumbrado desde que superamos la crisis, la demanda interna se ha moderado y el entorno se ha vuelto más exigente. Ahora bien, tal y como apunta nuestro último Boletín de Coyuntura trimestral FOCUS, a juzgar por los datos de afiliación, el índice PMI del sector servicios, el consumo de energía eléctrica, las ventas de grandes empresas y el consumo de cemento, el crecimiento del PIB en el cuarto trimestre podría haber superado ligeramente el 0,4% intertrimestral de los dos últimos trimestres y haber vuelto a sendas de avance más cercanas al 0,5%.
¿Recuerda usted cuando, en medio de la desaceleración, se elevaron voces alertando de una posible nueva crisis? A día de hoy, no hay datos que avalen los malos augurios. Los que tenemos muestran que España va a seguir creciendo en el año que acabamos de iniciar. Lo hará menos, sí, pero seguirá avanzando. Nuestra previsión de crecimiento para 2020 es de del 1,6%. Se trata de una tasa modesta en comparación con el promedio del 2,5% registrado entre 2014 y 2019, es cierto, pero es una cifra que está por encima del 1% que se prevé que crezca la eurozona. Es decir, España sigue avanzando a ritmo superior a la media europea.
En el plano microeconómico, esa ralentización parece haberse reflejado en 2019 en el tejido empresarial español: han crecido las insolvencias y ha disminuido el emprendimiento. Y los sectores esenciales de la economía española se han visto afectados de lleno en ambos casos, según muestra el Radar Empresarial publicado recientemente por nuestro Gabinete de Estudios Económicos.
En 2019, los concursos de acreedores crecieron un 17,19% respecto al año previo, con 4.814 registrados en el total de los 12 meses. Es la cifra más alta desde 2015, cuando superaron los 5.100. De los 20 sectores en los que dividimos la actividad económica en España, solo dos no registraron aumentos, sino disminuciones. Y ninguno de ellos está entre los cuatro considerados esenciales para la economía española: las insolvencias en la hostelería aumentaron un 31,30%; en la industria manufacturera, un 21,29%; en el comercio crecieron un 15,34% y en la construcción, un 12,75%. Y tanto la hostelería como la industria vieron subir interanualmente las insolvencias cada uno de los seis últimos meses del año.
Diciembre fue particularmente negativo, con un aumento interanual de los concursos de acreedores del 39,17% respecto al mismo mes de 2018. Los 437 que tenemos registrados suponen la cifra más alta para un último mes del año desde 2014.
La caída del emprendimiento, por su parte, no fue tan abrupta como la subida de los concursos, aunque la hubo: se crearon 93.683 empresas, un 1,09% menos que en 2018. No hubo una caída en bloque, como fue el caso de la subida de las insolvencias, pero la creación de empresas sí cayó en los cuatro sectores clave de la economía española: en la industria manufacturera se produjo un retroceso del 5,65% (5.330 empresas creadas), en la construcción fue del 4,96% (13.023 nuevas empresas), la contracción en la hostelería fue del 4,17% (9.236) y la del comercio, del 2,96% (18.665 empresas, el mayor número de todos los sectores, justo por delante de la construcción).
En el Gabinete de Estudios Económicos seguimos atentos este 2020 a la evolución de las sociedades mercantiles españolas.