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La morosidad busca la casilla de salida

La morosidad busca la casilla de salida

En un momento de incertidumbre creciente en cuanto a las expectativas económicas, la morosidad sigue dando buenas noticias en España y parece buscar con ahínco el regreso a la casilla de salida: el volumen de créditos dudosos no ha parado de bajar y podría situarse en poco tiempo en los niveles en los que estaba antes del otoño de 2008. Es decir, su casilla de salida o el momento del estallido de la gran crisis económica mundial, de la que aún hoy, más de 10 años después, todavía se nota su impacto.

Así queda reflejado en nuestro último Boletín Trimestral de Morosidad PULSE, publicado recientemente por nuestro Gabinete de Estudios Económicos. Así, nuestros modelos indican que el volumen total de préstamos fallidos concedidos por las entidades financieras se ha situado ya por debajo de los 70.000 millones de euros, cuando hace apenas un año estaba por encima de los 95.000 millones y que, cuando termine este trimestre, se encontrará justo por debajo de los 65.000 millones de euros. Si se cumple nuestra estimación, estaremos hablando de una caída de más del 30% en un plazo de solo 15 meses, una excelente noticia para medir la capacidad de resistencia del sector financiero ante los posibles shocks que se pueden producir en los próximos tiempos y una muestra de la buena salud económica de la que aún disfrutan las empresas y las familias.

En términos generales, el crédito sigue cayendo. Obviamente las entidades financieras continúan concediendo préstamos, pero el importe total es inferior al de que aquellos que se van cancelando. Esto es así porque, por una parte, muchas empresas han aprendido la dolorosa lección de la crisis y se están empleando a fondo diversificar sus fuentes de financiación. Al mismo tiempo, los hogares continúan con una política, en términos generales, más prudente que en los tiempos de la burbuja económica y, por otro lado, el sistema financiero es mucho más estricto a la hora de otorgar financiación. El resultado es que, si el volumen total de crédito se situó en noviembre del año pasado en 1,16 billones de euros, para marzo nuestro pronóstico es que haya caído hasta 1,158 billones de euros, una cifra que sería la más baja desde finales del año 2004, cuando la pujanza de la economía española aún estaba fuera de toda duda, a pesar de que los desequilibrios ya empezaban a aflorar.

En todo caso, a la vista de los datos está que la morosidad se está ajustando todavía con una rapidez mucho mayor que lo que cae el saldo total de crédito y esto está permitiendo que la velocidad de ajuste de la tasa de morosidad (la relación entre los créditos concedidos en total y los que han incurrido en impago) sea de ritmos próximos al 25%. La expectativa es que la tasa llegue en primavera al 5,44%, situándose así dejos del 13,6% que llegó a alcanzar a finales de 2013, cuando la morosidad iba perdiendo el juego. Eso sí, la vuelta a la casilla de salida queda un poco lejos, porque si algo caracterizaba al endeudamiento vía créditos antes del estallido de la burbuja, era el excelente grado de cumplimiento con sus obligaciones por parte de empresas y hogares. En octubre de 2008, cuando ya la crisis había estallado oficialmente, la ratio de morosidad apenas superaba el 2,9%. Y en el verano de ese mismo año, cuando ya había argumentos e indicadores suficientes para empezar a temer lo que estaba por llegar, esta ratio estaba ligeramente por encima del 2,2%.

Si nos centramos en los hogares, a la morosidad hipotecaria de las familias le queda aún mucha partida antes de atisbar en el tablero la casilla de salida. Está claramente en el camino, porque si a comienzos de 2014 llegó a superar el 6,3%, ahora la vemos en el 4,25% para el cierre del primer trimestre de este año. Sin embargo, la afirmación de que la hipoteca es lo último que deja de pagar una familia en problemas queda patente ante el hecho de que desde 2002 hasta comienzos de 2008, la morosidad hipotecaria de los hogares siempre estuvo por debajo del 1% y en pleno momento Lehman Brothers todavía era del 1,87%. En definitiva, todavía queda partida que jugar antes de llegar a la casilla de salida.

En el caso de los créditos para promotoras inmobiliarias y constructoras, la caída de su morosidad es sencillamente espectacular. En términos absolutos se ha pasado rebasar los 107.000 millones de euros en el otoño de 2012 a que para el cierre de marzo estemos esperando unas cifras que no llegan a los 7.800 millones de euros, algo nunca visto desde, precisamente, marzo de 2008. No obstante, a la ratio también le queda todavía algo de camino: esperamos un 7,3% cuando concluya este primer trimestre (el mejor dato desde el arranque de 2009), pero anticipamos que conforme avance el ejercicio, caerá hasta cifras equiparables o incluso mejores a las de finales de 2008, cuando se situaba en el 5,7%.

En conclusión, el proceso de ajuste de la morosidad continúa de manera decidida. Aunque en términos de volumen se están alcanzado ya niveles propios de antes del inicio de la gran recesión, la ratio todavía busca su camino para regresar a la casilla de inicio partida, dado el fuerte ajuste que ha tenido lugar en el saldo total de préstamos.  En todo caso, los datos son muy positivos a la hora de que el crédito siga fluyendo y alimentando la actividad económica.

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Etiquetas: axesor economía empresas España PULSE

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