En España se han creado más de un millón de empresas en los últimos 10 años, según los datos que acabamos de publicar desde el Gabinete de Estudios Económicos en el Radar Empresarial, y en el que ponemos cifras al emprendimiento empresarial entre 2008 y octubre de este año: 1.002.362 nuevas compañías. Sin embargo, también es cierto que al menos el 39% de esas empresas o bien han cerrado o se encuentran en una situación crítica muy próxima al cierre. En números absolutos, la cifra es de 394.314 aventuras empresariales en graves problemas. Esta cifra es la resultante de sumar los cierres oficiales, más los cierres de hojas registrales y aquellas empresas que cuentan con un scoring de axesor muy bajo, entre 0 y 2 puntos de un máximo de 10. A continuación, analizaremos qué ha pasado y dónde se concentran los problemas. Las dificultades abundan de forma muy particular en el sector de hostelería, donde el 60% de las empresas que se han creado en los últimos 10 años o han cerrado o están al borde de ello. Se suele decir que España es el país del mundo con más locales de restauración por habitantes y solo hay que salir a la calle para comprobarlo. Sin embargo, la actividad de la hostelería es de una gran incertidumbre, habitualmente con una elevadísima competencia que ejerce una fuerte presión en los márgenes y obliga a mantener un ritmo muy elevado de ventas para dar continuidad al negocio.
En los últimos 10 años se han creado casi 90.000 empresas del sector de hostelería, pero nuestro análisis revela que más de 53.000 de ellas o bien han echado el cierre o desde luego no están para ninguna fiesta ya que sus posibilidades de viabilidad son bastante dudosas. No hay otro sector donde la tasa de mortalidad sea mayor y eso lo dice todo de lo difícil que es para los emprendedores tener éxito en la hostelería, a pesar de lo atractivo que a priori pueda parecer.
Si hay cierta incertidumbre sobre cuántas empresas han cerrado efectivamente es porque en España son muy pocas las que lo comunican, muchas sociedades simplemente se limitan a dejar de cumplir con sus actividades registrales. Cuando pasan tres años sin que una sociedad concreta haya consignado ninguna actividad en el Registro Mercantil, entonces se procede al cierre de su hoja registral, a pesar de ello, cabe la posibilidad de que la empresa aún continúe siendo activa, si bien está claro que su situación está muy lejos de lo que sería la vida normal de una empresa.
El resultado de esta dinámica es que de las nuevas empresas dadas de alta entre 2008 y 2018 que en axesor hemos consignado como compañías cerradas o con dificultades extremas, solo 112.650 han comunicado oficialmente el cese de la actividad. Y de estas, una de cada cuatro pertenece al sector de comercio mayorista y minorista. Pero esto no debe extrañar porque el sector comercial es el preferido históricamente por los emprendedores a la hora de lanzarse a la aventura de crear una nueva empresa. De hecho, el número de nuevas compañías del sector comercial dadas de alta en los últimos 10 años, supera las 220.000. Con tanta cantidad, es lógico que también sean muchas las que hayan cerrado.
En todo caso, la mortalidad empresarial es una constante en todos los sectores y no hay ninguno que se libre. De hecho, si comparamos el número de empresas creadas en los últimos 10 años con cuántas de ellas han terminado cerrando, se encuentran en situación de extremo riesgo o son empresas zombis sin ninguna clase de actividad, nos encontramos con que en la mayoría de sectores la tasa de empresas fallidas supera el 30%. Tan solo hay dos sectores donde las posibilidades de éxito son mayores, en el sector financiero (sólo un 13,8% de empresas están en graves problemas) y en el de agricultura, ganadería y pesca, con un porcentaje del 18,45% próximas al cierre.
El consejo habitual para los emprendedores es que no deben tener miedo al fracaso y que cada tropiezo es en realidad un paso más en el camino hacia un futuro de éxito. Pero obviamente no es lo mismo decirlo que experimentarlo en carne propia. Los emprendedores se enfrentan realmente a importantes dificultades; hay sectores, como el de la construcción, en los que uno de cada dos proyectos empresariales termina sucumbiendo. En todo caso, la profesionalización de la gestión del riesgo de crédito siempre será un aliado estratégico a la hora de afrontar el gran dilema: emprender o no emprender.