La actividad emprendedora en España tiene un nuevo desafío: alcanzar a finales de año la cima de las 100.000 empresas creadas. Cruzado el ecuador del año, la creación de empresas avanza hacia arriba y ya se ha cubierto más de la mitad del camino en este ascenso a la montaña de las 100.000: en el primer semestre del año, se dieron de alta 53.375 nuevas sociedades, un 0,4% más que el año pasado, según los datos que acaba de publicar nuestro Gabinete de Estudios Económicos en su Radar Empresarial. Sobre el papel, rebasar la cota de las 100.000 nuevas sociedades parecería una escalada asequible, pero no hay que olvidar que históricamente en la segunda mitad del año siempre se crean menos empresas (julio y agosto son meses más de reflexión que de puesta en marcha de nuevos proyectos). ¿De dónde podrán sacar fuerzas los emprendedores para coronar con éxito la cúspide? De momento, el ladrillo parece estar dando la respuesta, se ha calzado unos buenos crampones y avanza a golpe de piolet hacia la cumbre.
Es cierto que el sector comercial le saca ventaja: en lo que va de año se han creado 10.827 sociedades adscritas al comercio, mientras que la construcción lleva 7.689 altas. La diferencia estriba en que la construcción tiene la vista puesta en la cima, pues el número de empresas crece un 9,4% en términos interanuales, mientras que el comercio sufre de vértigo y retrocede un 6,6%.
¿Cómo lo hace la construcción para ir encontrando anclajes con los que proseguir en su ascenso? Los pies de gasto para continuar la marcha a buen ritmo se los está proporcionando el boom inmobiliario, manifiesto en las zonas prime de las grandes ciudades y principales núcleos turísticos. Así, por cada día hábil del año nacieron en España en el primer semestre más de 17 nuevas empresas constructoras dedicadas a la promoción inmobiliaria (en total, 2.194 sociedades). Adicionalmente, en esta escalada emprendedora tampoco falta el músculo del subsector de construcción de edificios residenciales, con 1.854 nuevas empresas en los seis primeros meses del año (14,8 nuevas empresas por cada día hábil).
Eso sí, en este ascenso a las cumbres, la construcción parece que no se ha llevado en la mochila las botellas de oxígeno : el capital suscrito para la creación de nuevas sociedades fue de 217,3 millones de euros, que no solo es un 34% menos que el año pasado, sino el importe más bajo para ese periodo de tiempo de los últimos 10 años. Esta situación es, no obstante, generalizada en todo el tejido emprendedor, ya que el capital suscrito total se situó en 2.707,9 millones, es un 6,2% menos que el año pasado y el importe más bajo para el periodo enero-junio desde 2009.
En todo caso, el sector constructor está en buena forma para esta ascensión. Tras unos años de intensa crisis, ha ganado en volumen y músculo. Así, el PIB del sector (corregido a efectos estacionales y de calendario) superó en el primer trimestre los 16.000 millones de euros, según datos del INE, y es la primera vez que esto ocurre desde el primer trimestre de 2012. Su peso en el PIB nacional sube hasta el 5,4%, el mayor en cinco años. Una buena base para afrontar las paredes verticales de la segunda mitad del año.
Por suerte, la escalada hacia las 100.000 nuevas empresas parece que vendrá acompañada de buen tiempo y no se anticipan ventiscas: la inercia del ciclo económico es muy sólida, esperamos un crecimiento del PIB del 2,9%, con un gran vigor de la demanda interna; los concursos de acreedores van a la baja (cayeron un 4,6% en el primer semestre); el grifo de crédito sigue abierto, y, aunque el pulmón extra que el BCE lleva años aportando en forma de política monetaria ultraexpansiva tiene ya fecha de cierre, seguirá operativo hasta finales de año. El reto para los emprendedores está servido.