La selección española ha sido eliminada del Mundial que se disputa estos días en Rusia. Ahora toca reponerse, reflexionar sobre los errores cometidos, en especial la complacencia y el conformismo, pero también hay buenas noticias: y es que no solo hay vida más allá del fútbol, sino que además hay otro Mundial en el que España sí que gana y avanza con paso firme y sólido: el Mundial de la Economía. Nuestro Gabinete de Estudios Económicos acaba de revisar al alza la previsión de PIB para este año, que ahora se sitúa en el 2,9%, según se detalla en el Boletín Trimestral de Coyuntura Económica FOCUS, recién publicado. España vuelve a desmarcarse así de los principales países de la Unión Europea y avanza a toda velocidad por el área del segundo semestre para rematar el sexto año consecutivo de crecimiento. Y esperamos que este particular ciclo dorado tenga continuidad en 2019, para el que nuestra estimación de crecimiento es del 2,6%.
Uno de los aspectos donde España se ha convertido en una auténtica especialista es en el superávit por cuenta corriente. Este año será el sexto consecutivo en superávit, una marca inédita para nuestra economía. El dinamismo exportador permitirá que esta brillante trayectoria continúe el año próximo, consolidando el séptimo año consecutivo en superávit, con un dato ligeramente superior al 0,5%, a pesar de encontrarse enfrente con elementos como el despliegue anunciado de barreras arancelarias, el fin de la política monetaria expansiva del BCE, el que ha sido el gran árbitro de la eurozona durante los años de crisis, o un petróleo relativamente caro que, de mantenerse en los niveles actuales, supondrá una merma de entre el 15% y el 20% para la renta de las familias. En definitiva, aunque los espacios se achican, el sector exportador es capaz de seguir encontrando huecos para hacer gol. No en vano, las exportaciones de bienes y servicios representan el 34% del PIB nacional, nueve puntos más que a comienzos de la crisis.
Otro de los puntales de España es la creación de empleo. Si el estallido del boom inmobiliario dejó a la economía nacional completamente desarbolada en la banda del empleo, el duro entrenamiento que ha propiciado la crisis está dando sus frutos. Así, esperamos que durante los dos próximos años se creen 800.000 nuevos puestos de trabajo. La tasa promedio de paro se situaría así en 2019 en el 13,3%, mientras que el número de empleados lograría superar los 19,5 millones, con avances interanuales en la creación de puestos de trabajo del 2,3% en 2018 y el 1,9% el año próximo.
Por otra parte, ya sabemos que la economía española es una auténtica crack en el sector turístico, donde todos los meses alcanza un nuevo récord. Pero la buena noticia es que en el 11 titular vuelve a entrar el sector de la construcción. Como se explica en nuestro Boletín Trimestral de Coyuntura Económica FOCUS, la estimación es que la inversión en la construcción crecerá un 6,3% en el conjunto de 2018 y un 7,4% en 2019. Y es que el dinamismo hipotecario está teniendo ya un claro reflejo en un aumento sostenido de los precios, particularmente en las áreas con mayor escasez de viviendas, como son las zonas prime de las grandes ciudades y los principales centros turísticos.
Sin embargo, igual que las carencias de juego de la selección española han sido muy comentadas durante su participación en el Mundial de fútbol, en nuestra economía también hay desequilibrios que corregir. La complacencia ante los resultados conseguidos hasta ahora es el peor enemigo. Es necesario proseguir con las reformas, la complicación viene dada por el hecho de que el nuevo Gobierno está en minoría histórica. En todo caso, España no se puede quedar paralizada como una estatua contemplando cómo vuelve a entrar otro gol por la escuadra en forma de déficit público.
Este será uno de los principales desafíos del nuevo Gobierno: reducir el déficit y la deuda públicos. Además, apenas tiene margen de maniobra para hacer propuestas ambiciosas de gasto para darle una velocidad extra al país. En este sentido, nuestro pronóstico es que no se podrán cumplir las metas pactadas con Bruselas y el déficit del conjunto de las administraciones públicas se situará este año en el 2,8%.
Por eso, poner en práctica la estrategia de una política fiscal expansiva amenaza con dar como resultado un incremento del déficit estructural, uno de los puntos más débiles de nuestra economía, con una deuda pública que creemos que el año próximo seguirá en el 95% del PIB.
Estos son elementos con los que España evoluciona a paso firme en el campo de la economía mundial. Pero cuidado con relajarse: la pelota está en juego.
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