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La asignatura pendiente de los procesos concursales

La asignatura pendiente de los procesos concursales

Los concursos de acreedores por parte de sociedades mercantiles están en los niveles más bajos de los últimos 10 años, con solo 1.790 procesos formales iniciados entre enero y mayo (una caída del 4,5% en tasa interanual), según los datos que acaba de publicar nuestro Gabinete de Estudios Económicos en su Radar Empresarial. Sin embargo, a pesar de las numerosas reformas y revisiones aplicadas a la ley concursal desde su aprobación en 2003 (más de 30), que desembocaron en una propuesta de Texto Refundido de la Ley Concursal el año pasado, para tratar de dar orden al caos, la gran asignatura pendiente sigue siendo la poca viabilidad de los concursos como herramienta de “segunda oportunidad” para las empresas en problemas.

Hasta ahora y a pesar de todos los esfuerzos, los plazos y los costes asociados a los concursos siguen siendo demasiado elevados para las pymes, categoría a la que pertenecen la mayoría de las empresas en España. Es preciso flexibilizar la posibilidad de alcanzar acuerdos extrajudiciales y articular mecanismos para exonerar, fraccionar o aplazar los pagos a Hacienda y la Seguridad Social, de manera que estas deudas no asfixien a las pymes en concurso. Y es que, ante las características particulares del tejido empresarial español, es vital hallar mecanismos que agilicen la consecución de acuerdos entre empresa y acreedores en la primera fase de negociación, ya que la vía judicial termina siendo inasumible para muchas pequeñas empresas.

Ante estas rigideces, el concurso sigue sin generar la confianza suficiente entre los empresarios, que, dadas las complejidades del proceso, lo continúan viendo mayoritariamente como el último recurso, el clavo ardiente al que agarrarse cuando ya no queda remedio. Pero cuando se llega a ese punto, lo habitual es que sea demasiado tarde y apenas queda margen de maniobra para otra cosa que no sea la liquidación. Así, menos del 3% de los concursos resueltos este año han concluido con un acuerdo para salvar la empresa. Es decir, la fórmula concursal sigue siendo la antesala del cierre definitivo. Hemos calculado cuántos concursos se han resuelto positivamente en los últimos 10 años y las cifras son reveladoras. Desde 2008 hasta la fecha, el número de concursos en los que se ha alcanzado un convenio entre empresa y acreedores es de 5.023. En el mismo plazo de tiempo se han iniciado más de 55.450 concursos de acreedores, lo que pone de manifiesto cuál ha sido o será el resultado de la mayoría de ellos.

Los años en los que más concursos concluyeron con un convenio para garantizar la viabilidad de la empresa fueron los de los ejercicios 2013, en el que se hicieron 682 convenios, y 2014, con un total de 686, si bien precisamente esos fueron los momentos en los que se alcanzaron los récords de incidencias concursales con 8.823 y 6.508 procesos iniciados respectivamente. Desde entonces, el número de convenios ha ido en claro retroceso. En 2015, se resolvieron favorablemente 602 concursos; en 2016, la cifra absoluta de convenios se situó en los 590; el año pasado bajó a 501. En lo que va de año, el número de convenios alcanzados es de 146; es decir, si se mantuviera este ritmo durante el resto del ejercicio, este año 2018 se cerraría con 350 acuerdos entre acreedores y empresas afectadas para garantizar la continuidad de la actividad, la cifra sería la más baja desde el año 2010.

Por último, cabe recordar que casi la mitad de los concursos de acreedores que se han declarado en España durante los últimos 10 años corresponden a sociedades mercantiles de los sectores de construcción (16.181) y comercio (10.584), dos sectores donde abundan pymes y micropymes, así como empresas con activos cuyo valor ha sufrido un enorme deterioro, como ocurre en el caso de muchas constructoras en concurso, con lo que la dificultad para alcanzar un convenio es muy grande.

La reactivación económica que España viene experimentando desde 2014, está repercutiendo favorablemente en la construcción, que ha visto como el número de procesos concursales baja más de un 11% en lo que va de año, comparado con 2017. En cambio, el comercio tradicional afronta desafíos como la irrupción del comercio on-line, con la presión que eso supone tanto para los márgenes, como para el volumen de ventas en tiendas y eso se está notando: los concursos del sector crecen un 10% en tasa interanual este año. En todo caso, para seguir dando una segunda oportunidad a los empresarios es preciso avanzar hacia un marco legal concursal más ágil y flexible; es la gran asignatura pendiente en esta materia.

Categorías: Radar Empresarial

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