Poco a poco se van despejando los nubarrones en el horizonte financiero. Desde que estalló la crisis, el camino de la banca ha estado plagado de baches. Primero por la crisis de las cajas, con las primeras intervenciones de CCM, CajaSur y CAM, entre 2009 y 2011. Más tarde llegó el rescate y la avalancha de provisiones inmobiliarias, ante los decretos Guindos, que marcaron las cuentas de 2012 y 2013. Y desde entonces la banca está condicionada por las sentencias judiciales (cláusulas suelo y preferentes, entre otras), la nueva regulación y, sobre todo, el desplome del euribor a mínimos históricos. Todo ello marcó las cuentas de 2017, en las que los grandes bancos ganaron 13.934 millones de euros, un 8% más que un año antes.
Lejos de la autocomplacencia, las entidades están muy preocupadas por los márgenes, que cayeron en 2017 con especial fuerza. Los bancos llevan años cobrando cada vez menos con los créditos referenciados al euribor. Venían compensándolo con el menor coste de los depósitos. Pero éste ha tocado suelo en los últimos meses.
Por ello, los banqueros se aferran a las previsiones de subidas de tipos entre 2018 y 2019, lo que debería aupar al euribor y sacarlo del terreno negativo en los próximos meses. Según las previsiones de la banca, por cada punto porcentual que suba el euribor, los márgenes lo harán entre un 10% y un 20%, en función de la cartera de la entidad. Junto a los márgenes, la atención está en los últimos coletazos de la regulación. El Comité de Basilea anticipó que las exigencias de capital se quedarán donde están de aquí en adelante. Pero todavía queda por cubrir el nuevo colchón de capital exigido por la Junta Única de Resolución. Éste es uno de los grandes retos del año (las entidades tienen que rellenarlo entre 2018 y 2020).
De hecho, en el mercado se presta atención a si podrán hacerlo los grupos medianos de cajas, o por el contrario tendrá que haber un nuevo proceso de consolidación, reclamado por parte de los reguladores. Aun así, desde el sector cree que ya no queda mucho espacio para mayores fusiones y se ve la consolidación del sector como terminada, a falta de algunos flecos de corto plazo.
Actualmente quedan 12 grandes entidades supervisadas en España por el BCE. Además de los seis grupos de cajas medianas, están bajo el foco de Frankfurt: Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Banco Sabadell y Bankinter. Han dejado este club recientemente Banco Popular, tras su resolución y venta a Santander, y BMN, absorbido por Bankia. Hay banqueros que consideran que no debería haber más de 3-4 grandes y 3-4 pequeñas y medianas. El problema es que a día de hoy no hay voluntad de vender o fusionarse por parte de ninguna de las 12 entidades.
La única en una situación de desinversión es Bankia, donde el Fondo de Reestructuración (Frob) tiene un 61% que debe vender en dos años, si no hay una nueva prórroga estatal. Esta situación ha hecho que la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri, entre en las quinielas para alguna operación a corto y medio plazo. Pero de momento parece que el fondo público optará por vender grandes paquetes de acciones en mercado en lugar de buscar una operación corporativa, con la que a priori conseguiría recuperar menos ayudas.
Otro de los retos a medio plazo son las fusiones transfronterizas, que tanto BCE como el Banco de España llevan impulsando tiempo. Pueden ser una gran oportunidad de abrirse a nuevos mercados y ahorrar costes en servicios centrales, aunque los banqueros españoles todavía son escépticos: “Para que haya operaciones significativas, el euro debe circular libremente entre filiales en distintos países; tiene que haber un fondo de garantía de depósitos europeo, que no lo tenemos; y los bancos grandes deben de dejar de ser penalizados en capital”, expuso Ana Botín, presidenta de Santander, en la presentación de resultados.
Márgenes y fusiones son dos grandes retos que marcarán la estrategia de los bancos en los próximos meses. Pero el día a día es mucho más complejo y repleto de terminología anglosajona con nuevas normativas como IFRS 9, de provisiones; PS2, la nueva normativa de pagos; MiFID, directiva de instrumentos financieros; y todo lo referente a la digitalización. Lo bueno para las entidades, es que con la perspectiva de subida de tipos, todo será más sencillo de digerir. Después de años de travesía por el desierto, la banca ya ve el oasis cada vez más cerca.
Jorge Zuloaga es periodista, con más de 10 años de experiencia en el sector financiero. Licenciado en la Universidad Francisco de Vitoria, ha trabajado en periódicos como El Economista y Expansión y ahora es jefe de Economía y Empresas del periódico Vozpópuli.