Continúan las buenas noticias respecto a la morosidad, siempre necesarias para que la economía mantenga su ritmo firme. Nuestro último Boletín Trimestral de Morosidad PULSE constata que la morosidad se situó en mayo en 107.923 millones de euros, lo que representa una caída en tasa interanual del 14,4%, mientras que la ratio de morosidad se situó en el 8,74%, lo que supone una reducción del 11,2% en la comparativa interanual. No obstante, y a pesar de que nuestros modelos sugieren que la morosidad seguirá cayendo en los próximos meses, el ritmo pasará de la caída en picado a unas bajadas más moderadas.
El ajuste de la morosidad caerá, sí, pero a partir de ahora a un ritmo menos acusado. De hecho, nuestra previsión es que la velocidad de la caída será dentro de unos pocos meses, según se acerque el invierno, la mitad de la actual. Así, el volumen total de créditos morosos apenas habrá variado entre mayo y el final del tercer trimestre, cuando nuestra estimación es que se sitúe en 107.600 millones de euros.
¿Y qué pasa con la ratio de morosidad? Otro tanto de lo mismo: lo que hasta ahora han sido ajustes de dos dígitos, o sea, superiores al 10%, ahora pasarán a ser más suaves y para el otoño la caída en tasa interanual ya no será del orden del 11%, como en el último dato correspondiente a mayo, sino que rondará el 7% y puede que sea algo menor. Es decir, que la evolución también será levemente a la baja: nuestro modelo indica que frente al 8,7%, para septiembre se situará en el orden del 8,6%. La ratio ha bajado mucho desde esos niveles superiores al 13,6% que llegó a alcanzar a finales de 2013, pero aún está a años luz de los rangos inferiores al 2% en los que estaba en los prodigiosos años de la burbuja, cuando el crédito crecía todos los meses a ritmos interanuales superiores al 20%, un crecimiento que, a la postre ha terminado demostrándose, ha derivado en buena medida en créditos fallidos.
Sin embargo, la morosidad del crédito a empresas inmobiliarias y de la construcción sigue dando alegrías. De hecho, el origen de esta nueva velocidad de caída de la morosidad no está en este sector. Nuestras previsiones son, de hecho, que la morosidad en este ámbito siga cayendo a un ritmo claramente superior 20% en los próximos meses, incluso pensamos que en septiembre podría llegar a un descenso del 28,8% interanual. Esto hace que la ratio de morosidad siga cediendo terreno, puesto que la morosidad baja mucho más rápido de lo que lo hace el crédito a estas empresas. Sin embargo, ojo, todavía uno de cada cinco euros concedidos en préstamos a las empresas del ladrillo está en situación de morosidad. Es una cifra que actualmente está ligeramente por debajo de los 39.000 millones y aunque esperamos que se acerque a los 31.000 millones de euros para el comienzo del otoño, todavía sigue siendo una cantidad nada despreciable.
Donde hay que prestar mucha atención es en el caso de los hogares. Ahí detectamos que la melodía del ajuste da signos de agotamiento, e incluso amenaza con detenerse totalmente. Y es que nuestra previsión es que el crédito hipotecario para los hogares vaya cayendo a un ritmo mayor de lo que descienda la morosidad, lo que hará que la tasa suba, ligeramente, eso sí, pasando del 4,54% actual a unos niveles del 4,7% para el tercer trimestre. Siguen siendo unas cifras bajísimas en comparación con otros sectores, ya que las exigencias de los créditos hipotecarios hacen que para muchas familias en dificultades dejar de pagar la hipoteca sea el último recurso de todos. En cualquier caso, el hecho es que la morosidad de los hogares ha cambiado de tendencia y ya no baja, sino que sube.
La economía está en una situación mucho mejor que en 2007 o en 2008: se ha hecho un esfuerzo de saneamiento muy importante; las empresas españolas se están volcando al exterior y las ganancias en competitividad logradas son más sostenibles que en épocas anteriores. De hecho, esperamos que España vuelva a destacar una vez más en el pelotón de cabeza de la UE, con un crecimiento económico del orden del 3,1%, similar al de 2016. Pero eso no quita para que la morosidad sea un asunto a seguir vigilando, especialmente ahora que su ritmo de caída ha pasado de un picado a una leve bajada.
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Gabinete de Estudios Económicos de axesor