El Gabinete de Estudios Económicos presenta la nueva edición del Anuario de Administraciones Públicas, en el que se analizan las subvenciones y ayudas públicas durante el ejercicio 2016 y también se hace un breve repaso a las adjudicaciones de licitación pública. Y la conclusión es que la sequía se extiende por las ayudas y subvenciones públicas. El importe total repartido retrocedió un 11,8% interanual, repartidos entre sociedades mercantiles o de capital (2.076 millones de euros) y las no mercantiles, incluidos autónomos y otros entes de diversas formas jurídicas (1.970 millones de euros).
Precisamente, si analizamos la situación de las sociedades mercantiles, la escasez se hace todavía más patente. La estadística general retrocede después de dos años consecutivos de mejora, pero la que atañe específicamente a mercantiles lleva cinco años consecutivos de caída. El río todavía suena, con lo que agua lleva, pero cada vez es menos: la rebaja del caudal es del 10,3% respecto a 2015, pero el descenso rebasa claramente el 60% si se compara con los máximos de siete años atrás.
En el año 2009, la austeridad llamaba con insistencia a las puertas de las administraciones públicas. Pese a ello, el volumen de ayudas y subvenciones a las sociedades mercantiles se elevó a 5.618,9 millones de euros; suponía un incremento de más de 2.000 millones respecto al ejercicio inmediatamente anterior. El Estado aportó entonces 3.260 millones de euros, que suponía casi el doble que en el año 2008. Pero a partir del momento en que se prestaron oídos a las llamadas a la austeridad, el caudal se hizo cada vez más y más estrecho y solo ha mejorado con timidez en los dos últimos ejercicios: el Estado aportó en 2016 poco menos de 886 millones de euros, una mejora del 9,3% respecto a los 810 millones de euros de 2015. El resto de la ayuda ha corrido a cuenta de las administraciones autonómicas y locales (1.190,5 millones de euros). Ya van cinco años que los organismos autonómicos y locales ponen la mayor parte de la financiación, pero en este caso los mejores tiempos también quedan bastante lejos, el saldo ha caído nada menos que un 49,5% sobre los máximos de 2009.
Si se estudian los datos por sectores, la industria manufacturera es la reina, como lo ha sido en los últimos años. El agua que corre puede ser escasa, pero este sector se lleva la mayor parte: 698,9 millones de euros, que sin embargo es un 7,6% menos que en 2015. Por otra parte, el liderazgo de la industria manufacturera es normal, puesto que abarca una gran diversidad de sectores: coquerías, tabaco, cuero y calzado, material de equipo, papel, artes gráficas, madera y corcho, bebidas, alimentación, productos farmacéuticos, industria química, fabricación de vehículos de motor, o metalurgia, por citar algunos.
También llama la atención el esfuerzo realizado por las Islas Canarias, una de las escasas excepciones a la tónica general de progresivo declive. Aquí las ayudas no se están apagando, todo lo contrario. Los importes han crecido un 112,8% de un año para otro, hasta sumar 313,7 millones de euros y poder mirar de frente a Madrid, donde las empresas mercantiles obtuvieron un total de 361 millones de euros. El caso canario se debe a cómo se ha empleado a fondo su consejería de ganadería, pesca y aguas, hasta el punto de que directamente o a través de su viceconsejería de sector primario, está en los puestos de cabeza de organismos convocantes que mayor financiación concedieron el año pasado (más de 215 millones de euros en su conjunto). En definitiva, las ayudas y subvenciones públicas son, como el agua, un bien cada vez más escaso, salvo contadas excepciones.
Para conocer en profundidad todos los datos y tener una radiografía completa de ayudas y subvenciones públicas en España os invitamos a descargaros el informe en el siguiente enlace
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Gabinete de Estudios Económicos de axesor