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Ampliaciones de capital: Pintan bastos en el sector de la construcción

| 27 septiembre 2016

Ampliaciones de capital: Pintan bastos en el sector de la construcción

La insólita situación política de España, con un Gobierno en funciones desde hace prácticamente un año ha coincidido con un periodo de firme expansión económica, con un PIB creciendo el doble que el resto de la UE y unas claras expectativas de que el balance final del año se sitúe por encima del 3%. La economía se está viendo ayudada por factores extraordinarios, como la inyección masiva de liquidez procedente del BCE, el mantenimiento de los precios bajos del petróleo, el auge espectacular del turismo, el desembarco significativo de fondos de inversión extranjeros aprovechando los bajos precios de los activos y, paradójicamente, la ausencia de Gobierno, ya que esto ha impedido poner en marcha los duros ajustes exigidos por Bruselas para cuadrar el déficit público.

Pero esta anómala situación también tiene sus consecuencias negativas. Por ejemplo, el retraso en la licitación de obras públicas debido a que todavía no se han aprobado los Presupuestos Generales. En este contexto, la inversión nacional en ingeniería civil registraba a cierre de julio pasado una caída en términos interanuales de más del 24%. De hecho, los últimos datos analizados por nuestro Gabinete de Estudios Económicos y publicados en el último Radar Empresarial confirman que las ampliaciones de capital del sector de la construcción se encuentran en el nivel más bajo en 10 años: en los ochos primeros meses del año acumulan 2.673,05 millones de euros (-22,2% comparado con 2015), una cifra que es la más baja de toda la crisis para ese periodo de tiempo.

De hecho, las ampliaciones de capital efectuadas por la construcción llevan cuatro meses consecutivos de caída en la comparativa interanual. En el último mes, el volumen fue de 214,7 millones de euros, una caída del 29,8% respecto a agosto del año 2015. Si el año pasado el sector de la construcción representaba el 18,7% de todo el capital ampliado por las sociedades mercantiles españolas, en el presente ejercicio, la representatividad de las empresas inscritas en la construcción es del 11%. De hecho, aunque el número de nuevas empresas dadas de alta en la construcción volverá a quedarse un año más por encima de las 10.000 empresas, el balance de los ocho primeros meses del año es de un retroceso del 8,3%, con un saldo de 10.185 nuevas compañías; a una enorme distancia de las casi 30.900 empresas que se crearon del sector en el ejercicio 2007. De igual modo, el capital dispuesto para la creación de nuevas empresas constructoras apenas supera los 400 millones de euros en periodo enero-agosto, un desplome superior al 66% en relación con 2015. Si se mantiene el ritmo actual, el capital suscrito para la creación de nuevas empresas registradas en el sector de la construcción terminaría el año en el entorno de los 600 millones de euros, el nivel más bajo desde el año 2009 (642 millones de euros), que pondría fin a una racha de dos años consecutivos por encima de los 1.300 millones. En definitiva, un panorama difícil para una industria que aún representa más del 5% del PIB nacional.

Curiosamente, también son muy complicadas las perspectivas para el sector financiero. Las políticas monetarias expansivas implementadas por el BCE han reducido los tipos de interés a la mínima expresión, poniendo muy difícil la obtención de márgenes por parte de los bancos. Al mismo tiempo, las fuertes exigencias de capital derivadas del marco internacional de Basilea III también suponen un desafío para un sector que afronta un proceso de reestructuración, tanto a nivel nacional como europeo. El propio presidente de la autoridad monetaria central, Mario Draghi, aseguró en su última comparecencia pública que los problemas de rentabilidad del sector radican en el hecho de que “en Europa hay demasiados bancos”. En España, esta situación se ve doblemente complicada por la dependencia total de las pequeñas empresas de la financiación bancaria, lo que incrementa la vulnerabilidad de las empresas y de las propias entidades, y una densísima red de oficinas, fruto de los años del auge inmobiliario, que ahora deriva en un exceso de capacidad instalada.

En esta situación, los bancos deben reforzar sus balances, lo que ha llevado al sector financiero a volver a protagonizar las ampliaciones de capital. El mes pasado registró 880,52 millones de euros, un incremento en la comparativa interanual de nada menos que el 123%. Las ampliaciones del sector crecen un 10,3% en lo que va de año, suman 8.469,3 millones de euros y tienen a tiro cerrar el ejercicio por encima de los 10.000 millones de euros, una cota que perdieron el año pasado (9.748,1 millones de euros). Las ampliaciones de capital del sector financiero representan actualmente el 35% todo el volumen movilizado en España a través de esta operativa.

Las ampliaciones de capital han captado en lo que de año un importe total de 24.149,54 millones de euros, un retroceso del 3,2% respecto a 2015. Pero al cierre del primer semestre, la comparativa en términos interanuales arrojaba una caída del 11,45%. De hecho, el bimestre julio-agosto, con más de 6.128 millones exhibe una mejoría del 33% comparado con el verano del año pasado. Este cambio de tendencia se debe al sector bancario. Ante el desplome de otros segmentos, como la construcción o el inmobiliario (acumula 4.449,65 millones de euros, una caída del 23%), las posibilidades de que el año cierre en positivo pasan por lo que suceda a partir de ahora en el sector financiero.

 

Gabinete de Estudios Económicos de axesor
Categorías: Radar Empresarial

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