Como dos sabuesos persiguen a una presa que va aguantando los envites a base de quiebros, la incertidumbre por la falta de gobierno y la desaceleración de la economía mundial, siguen acechando a una economía española que de momento sigue creciendo. Pero, ¿podrá mantener la huida mucho más tiempo? Según nuestro Gabinete de Estudios Económicos, de momento sí. De acuerdo al último Boletín de Coyuntura Económica, FOCUS brief, la previsión de crecimiento del PIB para 2016 será del 3%.
La actividad económica se continúa beneficiando de apoyos coyunturales; el bajo precio del petróleo que sigue impulsado el consumo, y las favorables condiciones de financiación resultantes de la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo que contribuyen de manera decisiva a la inversión.
Esta tendencia positiva también se apoya por la recuperación del mercado laboral, con un fuerte crecimiento de las afiliaciones a la Seguridad Social en el primer semestre del año, que seguirá sosteniendo la demanda interna. Además, el empleo muestra mayor firmeza puesto que se ha incrementado los contratos a tiempo completo frente a los de tiempo parcial.
Pero el acecho sigue estrechándose y nuevos sabuesos pueden sumarse a la persecución y la economía debe afrontar varios desafíos. Entre ellos, en el plano global se presenta altamente inestable con dudas y ralentización en las economías emergentes. En clave europea, los problemas de la banca italiana y la solución de financiación que se establezca pueden generar tensión en la eurozona. Sin olvidarnos del Brexit, que a pesar de haber tenido un primer impacto menor de lo que anticipaban los mercados, el devenir de las negociaciones entre Reino Unido y la Unión Europea tendrá un papel importante en la economía europea.
Además de la no multa de Bruselas por el incumplimiento del déficit, terminará pasando factura con la exigencia de un mayor ajuste y cierta tutela de la Unión Europea.
En definitiva, a pesar de que seguimos esquivando las amenazas que quieren darnos caza, es necesario disponer de estabilidad política para acometer nuevas reformas necesarias para el futuro del país. Nuevos sabuesos nos perseguirán y tendremos que seguir esquivándolos elevando la productividad, reduciendo la elevada tasa de paro, sin olvidar reducir la elevada deuda externa y la creciente desigualdad, y la consolidación de las cuentas públicas.
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