La incertidumbre política no ha pasado la factura que se esperaba a la economía española. El impacto en el consumo y la inversión ha sido menor de lo previsto, por lo que hemos revisado al alza la previsión de crecimiento para este año, hasta el 3%. De acuerdo con las previsiones de nuestro Boletín de Coyuntura Focus, elaborado por nuestro Gabinete de Estudios Económicos, la inercia del consumo privado es todavía fuerte, la inversión en maquinaria y bienes de equipo ha sorprendido al alza y la falta de Gobierno ha servido, adicionalmente, para retrasar ajustes que es necesario poner en marcha para corregir el déficit público. Ahora bien, las reformas necesarias para impulsar el crecimiento de la productividad y la empleabilidad en el mercado laboral, hacen urgente contar pronto con un nuevo Ejecutivo. Por otra parte, el cumplimiento de la ejecución presupuestaria es esencial para conservar la confianza de los agentes y socios europeos.
En definitiva, el resultado de las elecciones en España deja un ganador, pero la incertidumbre política persiste, ya que para formar un nuevo gobierno los partidos necesitarán realizar concesiones políticas. El mayor riesgo sigue siendo la complacencia, pues los retos a largo plazo para la economía y la sociedad españolas siguen estando ahí. Y precisamente por ello es urgente contar con un nuevo ejecutivo pronto, más teniendo en cuenta que otro periodo de estancamiento político tendría un efecto más severo sobre la confianza y el crecimiento que el materializado desde diciembre.
Adicionalmente, España afronta un nuevo foco de incertidumbre, que es el derivado del Brexit. La decisión de Reino Unido de abandonar la UE abre un periodo de incertidumbre que ha provocado un aumento de la tensión financiera en los mercados internacionales. La mayor incertidumbre se cierne sobre la City. Londres es el centro financiero europeo y corre el riesgo de dejar de serlo. Las entidades operan desde Londres con pasaporte europeo y pueden prestar servicios financieros en cualquier país de la Eurozona sin ningún tipo de restricción. La City genera el 10% del PIB de Reino Unido y el Brexit supondrá una reducción del crecimiento potencial que complica la sostenibilidad de la deuda pública británica, que está un 25% en manos del Banco de Inglaterra. El impacto en España, aparte de aquellas empresas españolas con presencia relevante en Reino Unido, será a través del comercio, el turismo y la inversión extranjera. Los británicos son los extranjeros que más viviendas compran en España.
Si la tensión en las bolsas sobre los bancos se prolonga unas semanas, la crisis podría agravarse. La intervención del BCE reduce la probabilidad de una grave crisis financiera, pero no la elimina. Europa debe avanzar en la unión bancaria, debe crear ya un seguro de depósitos común y un mecanismo de resolución común que permita al BCE intervenir entidades sin pasar por los parlamentos nacionales ni someter a la deuda pública de los países a más presión. Europa ha avanzado para resolver la crisis de deuda, pero este nuevo episodio de tensión financiera demuestra que la crisis continúa.
La previsión de FOCUS para 2017 es menos optimista, pudiendo España ralentizar su crecimiento hasta el 2,2%, como consecuencia de cierta estabilización en el crecimiento del consumo privado y de la inversión unido todo ello al fuerte ajuste que se impondrá sobre las cuentas públicas tras el incumplimiento del compromiso del déficit en 2015.
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