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¿Es el concurso una solución para las empresas en problemas?

¿Es el concurso una solución para las empresas en problemas?

En España, la estadística de concursos de acreedores de sociedades mercantiles no deja de mejorar mes tras mes. De acuerdo con los datos recopilados por nuestro Gabinete de Estudios Económicos, el primer mes de 2016 se saldó con 281 nuevos procesos formales de insolvencia registrados, un 29,8% menos que hace un año. Con este último dato, son ya 27 los meses consecutivos de caída en la comparativa interanual; en suma, dos años y tres meses de continuos retrocesos. El promedio de los últimos 12 meses es de 416,3 procesos al mes. O sea, prácticamente un 45% por debajo de los promedios del año 2013, el ejercicio en el que más concursos se declararon (8.823) y también curiosamente cuando empezó la actual tendencia bajista. En noviembre de aquel año, el retroceso de la industria manufacturera y de la construcción propició una caída del 16% respecto al mismo mes de 2012. Ahí empezó todo y todavía no ha terminado.

De hecho, la construcción (61 concursos en enero) y la industria manufacturera (40 procesos) siguen experimentando importantes caídas que fueron respectivamente del 37,1% y del 31%, protagonizando ambas el mejor arranque de año desde el ejercicio 2008. El balance anual de los concursos por parte de sociedades mercantiles pasó de 6.508 casos en 2014 a 5.115 en 2015, el mejor dato desde 2010. Ahora bien, la cuestión es ¿son los concursos de acreedores una fórmula útil para las empresas? Los datos hablan por sí solos. A pesar de la sucesión de reformas emprendidas durante los últimos años con el objetivo de agilizar la consecución de convenios entre empresas y acreedores, lo cierto es que la mayor parte de los procesos concursales abiertos que concluyeron a lo largo de 2015 terminaron sin que hubiera acuerdo, reforzando así el estigma de la declaración de concurso de acreedores como la antesala del cierre definitivo de la empresa. De hecho, la inmensa mayoría de las empresas que cierran en España ni siquiera han intentado antes el recurso de la protección concursal.

En todo caso, la trayectoria de los concursos depende fundamentalmente de lo que suceda en Madrid y Cataluña. Desde el año 2008 y hasta enero de 2016 se han declarado en España 45.513 concursos, de los que 16.826 se concentran en las dos comunidades con mayor densidad empresarial. En el caso de Madrid, el número de concursos registrados desde el año 2008 asciende a 6.908 (40 en el último mes, con una caída en términos interanuales del 52,9% sobre enero de 2014). En Cataluña, el número total de casos registrados durante la crisis se eleva a 9.918, de los que 46 tuvieron lugar en enero (un retroceso interanual del 50,5%). Es decir, si Cataluña y Madrid continúan a la baja, la estadística de concursos irá en retroceso.

En conclusión, aunque el notorio descenso del ritmo de declaración de los concursos puede ser tomado como un indicador de la marcha de la economía, es mucho todavía lo que queda por hacer para dotar a esta fórmula del verdadero carácter de “segunda oportunidad” para los empresarios. De hecho, el nivel concursal está todavía muy lejos de normalizarse. Incluso en el improbable caso de que a lo largo de todo el año se mantuviese un ritmo similar de declaración de concursos al registrado en enero, el ejercicio se saldaría con entre 3.400 y 3.600 nuevos procesos formales de insolvencia. El año 2008, el que marca el inicio oficial de la crisis que se venía gestando desde hacía tiempo, se cerró con 2.590 casos.

Pese a todo, la economía aún marcha a buen ritmo, esperamos un crecimiento del 2,6% después de una expansión del 3,2% en 2015, y eso tiene su reflejo en las ventas y el consumo; uno de los elementos que explican el descenso de los concursos de acreedores en el tejido empresarial español. Por otra parte, aunque tiene mucho recorrido para mejorar, la reforma concursal, que ha incidido sobre todo en facilitar acuerdos pre-concursales, ha tenido ciertamente su impacto para explicar el menor número de procesos iniciados. Otro de los factores que influye decisivamente es la reapertura del grifo de crédito, que ha aliviado la presión de liquidez que ha sufrido el tejido empresarial español, altamente dependiente del préstamo bancario. De acuerdo con datos publicados por el BCE, el coste medio de financiación para pymes en préstamos inferiores a un millón de euros y con unos plazos de vencimiento entre uno y cinco años ronda el 2,7%. El acceso a financiación es una de las claves para entender el cambio experimentado en los concursos, puesto que una quinta parte de los cierres de empresas que han tenido lugar en España durante la crisis se deben exclusivamente a un problema de liquidez. Esto también pone de manifiesto la falta de previsión y la gestión poco adecuada del riesgo que han caracterizado a un buen número de empresas españolas durante la crisis. De hecho, la gestión profesionalizada del riesgo debe ser la piedra angular de la administración de cualquier empresa. Y más en los tiempos actuales. La parálisis e incertidumbre política que padece España actualmente y los fuertes bandazos que están experimentando los mercados muestran que la volatilidad y el riesgo están aquí para quedarse.

 

Gabinete de Estudios Económicos de axesor
Categorías: Radar Empresarial

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