Las nuevas condiciones económicas de España, caracterizadas por un progresivo aumento de velocidad del crecimiento del PIB y una nueva política agresiva de financiación por parte de los bancos, están teniendo su repercusión en la evolución de las ampliaciones de capital. El dinero captado por sociedades mercantiles a través de esta fórmula ascendió en febrero pasado a 3.613,5 millones de euros, un retroceso del 21,6% en la comparativa interanual, según los datos recopilados por nuestro Gabinete de Estudios Económicos. El importe captado por las ampliaciones de capital descendió en 10 de las 17 comunidades autónomas. En cuanto a la evolución sectorial, las ampliaciones caen en 11 de los 18 sectores identificados, excluyendo las categorías de desconocido, otros servicios y otras actividades empresariales. El número de operaciones realizadas también ha ido a la baja, pasando de 3.997 en febrero de 2014 a 3.666 en esta ocasión, es decir, un ajuste del 8,28%.
En el conjunto del año, el retroceso experimentado es del 6,17% en términos de capital captado. En los dos primeros meses del año las ampliaciones de capital movilizaron en términos nominales (excluyendo los importes correspondientes a la prima de emisión, que no modifican los derechos de voto ni el reparto accionarial) 8.907 millones de euros, siendo la primera vez en toda la crisis que la estadística no supera los 9.000 millones de euros en la suma de enero y febrero. El número de operaciones también se ha reducido, ya que se han contabilizado 7.157 movimientos en la suma de enero y febrero, un 6,9% menos que en 2014.
El 48% de estas operaciones realizadas en los dos primeros meses del año se reparten entre los sectores inmobiliarios (1.284 ampliaciones), comercio y distribución (1.137) y construcción (1.017). De los tres, el sector de la construcción es en el que se ha captado un mayor volumen de capital por cada ampliación realizada, con un promedio en términos nominales del 721.817 euros por cada operación, muy por encima de las actividades inmobiliarias (468.141 euros) y a una enorme distancia del de actividades comerciales (192.335 euros de media), que es uno de los sectores donde el promedio por ampliación es más bajo. Por otra parte, los únicos sectores donde el importe medio captado por cada ampliación supera el millón de euros en el conjunto del año son el de actividades de transporte, con 1,292 millones por operación, y el de actividades financieras y de seguros, con 1,288 millones.
En términos geográficos, Madrid (1.595), Cataluña (1.544) y Andalucía (963) concentran el 57,3% de las operaciones de ampliaciones de capital realizadas en los dos primeros meses del año por sociedades mercantiles, siendo Barcelona la provincia donde más ampliaciones se han registrado y la única donde se han superado las 1.000 operaciones, con 1.198 (excluyendo, lógicamente a Madrid, que es uniprovincial). En términos medios sobresale Cantabria, con un importe por ampliación de 14,92 millones de euros, muy por encima de Madrid (2,08 millones) o Cataluña (657,7 millones), pero esta distorsión tiene su explicación en una única ampliación realizada en enero en Cantabria por una entidad financiera y que tuvo un importe nominal de 606,8 millones de euros, un 71% de todo el dinero que se ha captado en lo que va de año en España, lo que pone de manifiesto la enorme dispersión entre unas ampliaciones y otras.
En definitiva, las políticas agresivas de financiación que están aplicando las entidades bancarias, aprovechando las mejores condiciones económicas y de liquidez, se están dejando sentir en los procesos de ampliaciones de capital, un recurso al que han acudido muchas empresas a lo largo de la crisis, ante el cerrojazo del grifo crediticio que caracterizó los años más complicados y que ha sido permanente hasta hace unos pocos meses. Ahora las ampliaciones empiezan a ser protagonizadas principalmente por las grandes majors, como la reciente operación realizada por el banco Santander para reforzar capital o la que ha anunciado Telefónica para financiar la adquisición de una compañía brasileña.
En cualquier caso, desde axesor consideramos recomendable que se articulen y consoliden en España mecanismos de financiación alternativos al tradicional crédito bancario, que copa cerca de un 80% de toda la financiación corporativa. De hecho, el propio Gobierno ha reconocido que uno de los factores diferenciales que ha hecho que la crisis haya sido más profunda y duradera en España es la excesiva dependencia del crédito bancario. Sería muy oportuno ir mitigando está exposición a los ciclos de crédito, para propiciar así un modelo de gestión corporativa más equilibrado y resistente a los cambios económicos. En ese mismo sentido, también apostamos por una profesionalización de la gestión corporativa y, en concreto, de la gestión del riesgo de crédito, un elemento central en una dirección corporativa eficaz.
Gabinete de Estudios Económicos de axesor