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La Alternativa

Alternativa entre MARF y MAB

“Si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo.”

Albert Einstein

Esta parece ser la conclusión a la que también han llegado los agentes económicos del mercado. Autoridades, instituciones, empresas y particulares han caído en la cuenta, por fin, de que hay vida más allá de la financiación a través del sistema bancario español. Y, aunque sólo sea por obligación, el dinero alternativo se está convirtiendo en competencia del bancario.

Tras varios años de crisis económica y con un sistema bancario erigido como paradigma de los excesos, la sequía del crédito ha dejado mucha demanda de financiación desatendida en el tejido empresarial español. Sanearse y prestar al mismo tiempo ha quedado demostrado ser algo imposible para la banca española, que tiene que cumplir con los exigentes requisitos recogidos en Basilea III. Las compañías españolas que históricamente habrían accedido al sistema de financiación tradicional, el bancario, han tenido que buscar otra alternativa: la financiación con dinero privado que no dependa tanto de la cuestión coyuntural. En España, donde la banca ejerce el monopolio de la financiación a empresas con casi un 90% del mercado, que aparezcan alternativas en forma de capital particular para suplir las necesidades financieras de las empresas es un maná.

Y ¿cuáles son esas nuevas vías de financiación? pues desde el descuento de facturas al margen de las líneas bancarias realizado por empresas especializadas en inversión en facturas como Aztec Money, pasando por la venta de deuda acumulada de terceros a través de plataformas como Mercadeuda o la creación de fondos especializados en financiación que han aprovechado la tendencia a la desintermediación bancaria y la han convertido en negocio como Arcano European Income Fund, enfocado a la inversión en préstamos y bonos de alta rentabilidad emitidos por empresas europeas y españolas, para terminar en las alternativas que cuentan con mayor respaldo por parte del Gobierno: el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF).

Dado que la información es necesaria y el conocimiento primordial para que las cosas tengan éxito, me centraré en estas dos últimas vías. Los países avanzados de nuestro entorno han tenido siempre diferentes vías de financiación para su tejido productivo. Diversificar es la clave para no repetir errores del pasado y es necesario encontrar otras fuentes de financiación, y, de entre ellas, quizá la más importante sea la de los mercados financieros. Hoy, la posibilidad de que Bolsas y Mercados Españoles (BME) sea ese mercado que proporciona financiación a grandes, medianas y pequeñas empresas es una realidad. BME cuenta con la experiencia para constituirse en un referente de financiación tanto en el mercado de acciones (MAB) como en el de renta fija (MARF).

El MAB existe desde hace cinco años y en él encontramos historias de éxito y de fracaso. Actualmente, veintidós pequeñas y medianas empresas están en la incubadora a la espera de ser catapultadas al éxito. Las compañías que acuden al MAB han de ofertar como mínimo 2 millones de euros de su capital y dar así la posibilidad de que cualquier persona o entidad adquiera parte de sus acciones. Para el pequeño inversor, el MAB materializa la inversión en economía real y pone el capital riesgo al alcance de su bolsillo. Por otro lado tenemos el MARF, que cuenta apenas con seis meses de vida y también está dirigido para que pequeñas y medianas empresas puedan emitir deuda y eviten la dependencia de la financiación bancaria. El MARF ha nacido como una preocupación del Gobierno para paliar la sequía crediticia pero también como una de las imposiciones de Bruselas recogida en el Memorando de Entendimiento (MoU), en el que se dice que el Gobierno debe ayudar a las empresas españolas a buscar nuevos canales de financiación. En este mercado las empresas emiten deuda (bonos, obligaciones y pagarés) que los inversores privados compran y venden. Dada su corta vida podríamos decir que el MARF está casi por estrenar y de momento sólo Copasa, Tecnocom y Elecnor se han aventurado en él.

MAB y MARF son dos canales diseñados para que inversores cualificados, ya sean estos institucionales o particulares, nacionales o extranjeros, puedan ser partícipes de la financiación, mediante capital o mediante deuda, de empresas españolas de mediana capitalización. Ambos están promovidos y supervisados por Bolsas y Mercados Españoles (BME) y por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Asimismo, tanto MAB y MARF proporcionan financiación, visibilidad, liquidez y valoración a las empresas que acceden a dichos mercados y cuentan con un régimen de información y contratación propio y adaptado a las singularidades de este tipo de empresas. Es por su capacidad para adaptarse, en la medida de lo posible, a unas empresas que por su tamaño y fase de desarrollo presentan necesidades de financiación propias y que además precisan poner en valor su negocio y mejorar su competitividad que se les conoce como “mercados alterativos”.

Se trata, en otras palabras, de una alternativa a medida para aquellas empresas que necesitan financiarse, crecer y expandirse. Además, los requisitos de acceso al MARF son más flexibles que aquellos requeridos por los mercados oficiales, lo cual favorece en gran medida a las empresas que acuden a él. Entre dichas ventajas cabe señalar la mayor agilidad de los trámites y los menores costes, si bien sigue siendo imprescindible aportar toda la información necesaria para generar confianza entre los inversores. Varios informes señalan que entre 800 y 1.000 empresas presentan el perfil adecuado para acudir al MARF y que más de 5.000 empresas podrían financiarse en el MAB.

En lo referente a la parte técnica, cabe mencionar que el MARF se configura como un Sistema Multilateral de Negociación (SMN), es decir, una plataforma electrónica, lo cual le permite ser punta de lanza en los mercados de renta fija, que mayoritariamente apuestan por plataformas electrónicas dada su capacidad para ofrecer mayor transparencia y liquidez, así como para garantizar la mejor ejecución de las órdenes, y en consecuencia, la necesaria protección del inversor. Está gestionado por AIAF, el mercado de Deuda Corporativa de BME, y en él encontramos dos grandes grupos de participantes, a saber: los Miembros - entidades financieras y empresas de servicios de inversión autorizadas a negociar en los mercados de valores por cuenta propia o de terceros - y los Asesores Registrados - personas jurídicas con experiencia en la asesoría de empresa para la emisión de valores en los mercados, las cuales facilitan la tramitación de la documentación y la información periódica al mercado -. Quien otorga la calificación de las emisiones son las entidades especializadas, registradas y certificadas por ESMA.

Nunca fue tan acertado decir que una ventana se abre cuando se cierran todas las puertas. La alternativa existe y ha venido para quedarse. Por eso MARF y MAB deben ser bienvenidos, entendidos y acogidos con la esperanza de obtener resultados diferentes.

María Muñoz es asesora financiera y trabaja en banca privada, actualmente desempeña su labor profesional en Inversis Banco.
Licenciada en Derecho por la Universidad de Valencia y, posteriormente, cursó un Postgrado en Derecho Urbanístico en la Universidad de Valencia y un Máster en Gestión Patrimonial y Banca Privada en CEU San Pablo. Actualmente es miembro del European Financial Planning Association (EFPA). Colabora habitualmente en medios de comunicación tales como TVE, Capital Radio, The Objetive, Expansión y El País.
En 2012 y 2013, en Twitter, fue elegida Tweco (una de las cinco cuentas clave para seguir la economía) desde su cuenta @mariadelamiel.

Categorías: Temas empresariales
Etiquetas: axesor crédito financiación mab marf

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